El presupuesto del Ayuntamiento de Zaragoza para el 2018 encara su recta final hacia la aprobación definitiva que se producirá en el próximo pleno del día 26. Con los votos de una izquierda absolutamente rota, las cuentas sortearon el golpe de fuerza, el asalto, del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) a las sociedades municipales. PSOE y CHA le dieron sus votos al «estalinismo», como dijeron los socialistas. O votando «con asco», como llegaron a asegurar los nacionalistas. Pero a favor, como les pedían «los de Maduro o Pinochet», como llegaron a recriminarles en días pasados.

Menos de una hora necesitaron para poner las cuentas de la ciudad en la rampa de despegue. En un complicado debate para PSOE y CHA que se despacharon por la vía rápida, en menos de una hora, y con la máxima acritud posible hacia ZeC, para intentar defenderse de la imagen retratada por la derecha: que los partidos de izquierda anteponían el presupuesto al mayor «atentado contra los principios de la democracia» perpetrados por ZeC. Era la baza de PP y Ciudadanos (Cs), en contra de las cuentas, de antemano.

Los nacionalistas, así, apelaban al «respeto a la palabra dada», como argumentó su portavoz, Carmelo Asensio, la que dieron en la aprobación inicial (hace más de un mes) con luz verde a los 752,99 millones de euros para el 2018. «Nos circunscribimos a lo que hoy realmente se vota, que es lo que acordamos el 15 de enero», expuso Javier Trívez, quien añadió que los socialistas daban su apoyo «sumidos en el descontento, en la desesperanza, con un Gobierno que campa a sus libres designios y que ha impuesto una acción sin precedentes».

SIN RÉPLICA

Mientras, el responsable de las finanzas, Fernando Rivarés, ni siquiera necesitaba entrar a la gresca. Se limitó a agradecerles sus votos y a recordarles que su supuesto asalto a las sociedades municipales, asumiendo el control absoluto de 73 millones de euros, «aparte de ser legal, nace de la legislatura anterior y se apoyaba en un borrador de la universidad que fue firmado por algún catedrático que hoy dice que es inconstitucional». Es lo más cerca que estuvo de recriminar algo a PSOE y CHA. Ya tenía ganado un presupuesto «inversor y equilibrado que la derecha se empeña en boicotear».

Con este en el bolsillo, se tuvo que escuchar de todo. El socialista Trívez destacó que el presupuesto «nace con todo este barro» que empeora la imagen de «la CUP de Zaragoza», como él mismo los definió en noviembre, cuando ZeC aprobó su proyecto de presupuestos sin consultar con nadie. «Pensamos que había rectificado», lamentó, pero el «golpe de fuerza» del pasado día 9 «no solo ha destapado al lado más antidemocrático y autoritario» de ZeC, sino también «al antisistema y estalinista», de quienes «representan un 34% de los votos». «Pero no vamos a cejar para que la normalidad democrática vuelva al ayuntamiento», concluyó. Asensio aseguró que en CHA apoyaban las cuentas «defraudados por el comportamiento de ZeC y con mucho asco». Era la rúbrica a un «gran día» para el presupuesto, que salía «a pesar del Gobierno y de sus decisiones». Defendió que este es «relevante para la ciudad» y «no puede usarse como moneda de cambio ni como instrumento de presión política». Por eso su voto a favor, pese a que «la paciencia de CHA está completamente agotada», y porque son «gente de palabra que, a diferencia de otros, cumplimos lo acordado». Y pese al acto «irresponsable y poco justificado» de ZeC con las sociedades, que «no va a hacer que CHA pierda los papeles».

«La responsabilidad es que se defienda la democracia, que es lo que ha atacado ZeC», recriminó Sara Fernández, de Cs. María Navarro, del PP, reprochó que «los que hablaban del Gobierno de Maduro y Pinochet van a aprobar sus cuentas». A su juicio, el presupuesto no puede anteponerse a «cargarse el principio medular de la democracia».