El físico español residente en Alemania Juan Ignacio Cirac, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, ha lamentado la situación que atraviesa la investigación en España y ha asegurado que sus compañeros aquí le miran "con envidia" por este motivo.

El profesor Cirac ha realizado estas declaraciones a los medios de comunicación previas a su investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Zaragoza (UZ), junto al sueco Leif Sörnmo, referencia internacional en ingeniería biomédica.

Este físico, quien reside y trabaja actualmente en Alemania, ha reivindicado de este modo la situación que vive la investigación en ese país, que ha calificado de "inversa" a la de España, pues los principales partidos políticos acordaron incrementar la inversión en investigación y educación un 3 por ciento a principios de la crisis y hasta un 5 por ciento en la actualidad porque "creen que esto es importante".

Cirac, catalán pero con orígenes en Caspe (Zaragoza), ha recibido, además del Wolf, considerado la antesala de los Nobel, y el Premio Príncipe de Asturias de Investigación y Técnica, la Medalla de Honor del Instituto Niels Bohr de Copenhague.

El ordenador cuántico que ha contribuido a diseñar permitirá que una misma partícula pueda estar en dos sitios a la vez realizando diferentes procesos y, por ello, esta computadora será capaz de llevar a cabo cálculos "más rápidos y más potentes", ha explicado.

Estas operaciones tan complejas no son realmente necesarias a nivel de usuario, pero facilitarán el trabajo en materias como el diseño de materiales, la fabricación de fármacos, las predicciones meteorológicas o la encriptación o decriptación de información en procesos como las comunicaciones o la compra a través de la red.

Por el momento, están todavía intentando construirlos desde 1995, cuando surgió la primera idea, y 2000, cuando se fabricaron los primeros prototipos más básicos.

Así, el proyecto de los ordenadores cuánticos está a la espera de la construcción de aparatos más grandes que puedan operar a mayor nivel, algo en lo que están trabajando "laboratorios de todo el mundo de manera muy colaborativa", ha afirmado el físico. "Es factible, no es una utopía", ha asegurado.

En cuanto al reconocimiento que le otorga la institución universitaria zaragozana, Cirac ha asegurado que supone "un honor" por el prestigio de la Universidad de Zaragoza y por los vínculos que le unen a ella y a Aragón, ya que además de sus orígenes familiares lleva desde 1998 colaborando en proyectos con esta institución académica.

Por su parte, el profesor sueco Leif Sörnmo ha explicado que está especializado en unir tecnología con biología en el campo de las dolencias cardíacas.

Uno de los puntos principales de su investigación es la detección de problemas de corazón mediante el análisis de las señales que ofrecen los electrocardiogramas, ha agregado.

Así, los médicos pueden tomar decisiones con respecto al paciente antes, "sin necesidad de pruebas más caras", ha afirmado el investigador escandinavo.

También está especializado en los tratamientos relacionados con marcapasos y desfibriladores, que es su campo de investigación actual, para que utilizando la inteligencia artificial a través de las señales que emiten estos aparatos se puedan detectar tanto las anomalías como la ausencia de ellas o que el propio marcapasos se ajuste al ritmo del enfermo de forma automática.

De este modo, Sörnmo ha destacado el avance que supone aplicar la ingeniería a la biomedicina "muy de la mano de médicos y fisiólogos" y como "herramienta para comprender mejor el músculo cardíaco".

Doctorado en la universidad sueca de Lund en 1984, este profesor lleva trabajando desde mediados de los 90 con la Universidad de Zaragoza, de la que ha considerado que es "del más alto nivel" en materia de investigación y por los profesionales que trabajan en la misma.