El patio de armas de la ciudadela de Jaca acogió en la mañana de ayer el funeral oficial en memoria de Israel Gurrea Casado, el soldado de la Brigada de Cazadores de Montaña Aragón I que murió el pasado jueves en el paso a nivel de El Burgo de Ebro (Zaragoza), cuando un tren de mercancías arrolló un jeep militar en el que viajaban cuatro soldados y un sargento. El resto de sus compañeros resultaron con heridas de distinta consideración.

Las exequias fueron presididas por el general jefe interino de la Fuerza de Maniobra, Emilio Pérez Alamán. El acto, que se celebró bajo una ligera lluvia, contó con la presencia de familiares y amigos del fallecido que se colocaron a la derecha del féretro, mientras que las autoridades militares y políticas de Jaca estuvieron situadas a la izquierda.

La ceremonia comenzó con el traslado del féretro desde la capilla de San Pedro de la ciudadela, donde se encontraba la capilla ardiente del joven soldado, al túmulo que se colocó en uno de los laterales del patio de armas del fuerte jaqués.

SALVAS DE HONOR El féretro fue portado a hombros por seis compañeros del soldado fallecido. Una corona de flores que llevaban dos soldados de la Brigada de Cazadores cerraba la comitiva fúnebre.

El capellán castrense Luis Galindo, que ofició la misa funeral, transmitió a la familia, amigos y compañeros del difunto un "saludo y sincero pésame de parte del obispo de la diócesis de Jaca, Jesús María Sanz Montes".

Al término de los actos fúnebres, el general jefe interino de la Fuerza de Maniobra, Emilio Pérez Alamán, impuso a Israel Gurrea, a título póstumo, la Cruz al Mérito Militar con distintivo amarillo.

Tras las salvas de honor y el canto del himno de Infantería, el general Pérez Alamán entregó la bandera nacional que cubría el ataúd del soldado muerto a su familia.

El jefe de la Fuerza de Maniobra manifestó tras el funeral que "el resto de los heridos evolucionan bien, como para poder estar en el monte dentro de poco".

Pérez Alamán señaló que "siempre es muy doloroso pagar con una vida este esfuerzo, pero, como le he dicho a la madre del soldado fallecido, queda la satisfacción de que no ha sido una muerte en vano, pues estaba trabajando para los demás, como están trabajando ahora mismo otros muchos en España y fuera de ella".

El mando militar apuntó que el accidente "se pudo deber a la falta de visibilidad, pues era de noche y había niebla ".

El soldado fallecido será incinerado hoy en Logroño, su ciudad natal, en un acto de carácter familiar. Una comitiva de mandos y soldados de la Brigada de Cazadores de Jaca acompañó ayer a la familia del fallecido hasta la capital riojana.