Para ellos, el mundo perfecto sería mucho más ligero y menos complicado. En él no harían falta lavadoras, zapaterías caras, anticelulítico ni manchas difíciles: sólo disfrutar en armonía con la naturaleza, sin complejos y felizmente desnudos. Al más puro estilo bíblico. Así sueñan vivir los Adanes y Evas de este siglo, naturistas que reclaman una vuelta al pasado para regenerar el futuro.

Al igual que a sus cuerpos al aire libre, también están habituados a las críticas. Por eso, los últimos acontecimientos en Barcelona han aumentado su defensa del nudismo --la desnudez en cualquier ámbito--, forma de vida que defendió el ayuntamiento de la ciudad y que fue censurada por PP y CiU alegando su "falta de higiene".

Pedro es una de las pocas personas en la comunidad que reconoce ser nudista y naturalista. Es el secretario de Anar, la Asociación Naturista de Aragón, asentada en Zaragoza. Junto con su presidente y con modestas iniciativas, intenta poco a poco que el naturismo y el nudismo deje de verse como algo extraño.

Uno de los logros más importantes ha sido la creación del carnet FNI, de la Federación Internacional de Naturismo. Un documento que proporciona al nudista "aunque a veces falle, una garantía, ya que sabe que en los sitios a los que accede, sólo hay gente como él", afirmaba Pedro.

Sin embargo, no todas las iniciativas tienen tanto éxito como el carnet de nudista. La asociación siempre ha pretendido llevar su amor por la naturalidad con "total normalidad", sin embargo, ante el rechazo sufrido por la sociedad, han tenido que buscar lugares alternativos a los que acudir casi con exclusividad."Desde Anar hemos pedido una piscina cubierta para estar libremente en un pueblo de Aragón, porque en Zaragoza suponemos que no nos la van a dar y aún no nos han respondido", comentaba Pedro.

Parajes secretos

La escasez de lugares habilitados para los nudistas en Aragón constituye un problema para ellos, ya que implica que muchas veces deban desplazarse fuera de la comunidad. Una playa de Hospitalet se ha convertido en su paraíso, pero también el Pirineo, donde estos naturistas huyen de las miradas curiosas. "Son lugares escondidos, de difícil acceso y complicados de encontrar para estar tranquilos", explicaba Pedro.

Pero la fiesta por excelencia del naturismo es la que se celebra en el cámping de San Martín del Río (Teruel). Una vez al año, los directivos del alojamiento ceden a los nudistas el lugar para que se reúnan a sus anchas. Esta fiesta tiene mucho éxito, de hecho, según Pedro, "acuden muchas más personas que practican el nudismo en Aragón de las que están asociadas a Anar, unas 85 personas".

Y es que para Pedro, la poca iniciativa que existe en Aragón para afiliarse a alguna asociación, también "hace daño a Anar", ya que, para el secretario de la entidad, "si todas las personas que acuden a las concentraciones fueran miembros de la asociación, se conseguirían muchas más cosas".

Sin embargo, lejos de culpar a nadie, Pedro afirma que la sociedad tiene la "última palabra", porque para los naturistas, que haya sitios designados exclusivamente para ellos, no deja de ser una forma de "marginación". "Mientras el mundo no se acepte tal y como es, el naturalismo será una utopía".