No estuvo el presidente, José Ángel Biel. Ni el vicepresidente, Alfredo Boné. Ni el secretario general, Arturo Aliaga. Ni los focos. Pero sí 300 alcaldes y concejales de toda la provincia. El vicepresidente del PAR de Zaragoza, Javier Allué se postuló como alternativa para liderar el partido. Claro que para eso se debe convocar un congreso, algo que volvió a exigir.

Allué, en un discurso de tono presidencial, en un acto de hermandad celebrado en Sobradiel, admitió que "solos" no van a ningún sitio. Se refería al PAR de Zaragoza. A los "300 del PAR" como él mismo los llamó. Es consciente que necesitará más apoyos si quiere presidir el partido. Por eso tendió la mano a Huesca y a Teruel. "¿Alguien dudaba de que tenemos capacidad para ser una alternativa?", se preguntó. "No renunciamos a nada, tenemos capacidad, voluntad y liderazgo. Vamos a por todas. Pero para hacer el PAR más grande, no mi culo más cómodo".

Allué lanzó un mensaje a Arturo Aliaga, que ya ha anunciado que optará a la presidencia del PAR. "¿A qué se va a presentar? Tiene los mismos derechos que cualquier otro militante. Pero sin congreso no hay candidatos", dijo el también director general de Relaciones Institucionales del Gobierno de Aragón. Pidió a los suyos "coraje" para afrontar los próximos meses, y sobre todo reivindicó un partido que, sin perder sus señas de identidad --agua, derechos históricos o Estatuto-- sea capaz de estar cerca de los problemas de la ciudadanía. Un modelo, dijo, contrapuesto al que impera.

En el acto hubo voces muy críticas con la dirección del PAR. Uno de los fundadores del partido, José María Royo, exigió la dimisión del presidente, José Ángel Biel. "Necesitamos un congreso urgentemente. No podemos desaparecer por inacción. Alguien no está luchando por este partido", lamentó. El último diputado nacional de la formación, Antonio Serrano, también intervino. Dijo que en los 35 años que lleva como militante "nunca había habido tanta parálisis. Siento vergüenza cuando por decir que queremos debatir nos tildan de críticos. Esto no es Corea ni Venezuela. La gente quiere hablar. Ha habido amenazas para que no viniésemos aquí. ¿Pero esto qué es? Quizás sea el síndrome de la Aljafería".

Antonio Manresa, vicepresidente del comité comarcal de la Ribera Alta clamó por la "renovación de ideas y de personas". Criticó las ausencias de los líderes del partido al acto. "Algunos políticos no salen de su despacho. No hacen territorio. Deberían levantar el culo del asiento para saber lo que necesitamos los alcaldes y concejales".