Investigador y escritor

Es sin duda la pluma más autorizada en Aragón para memorizar la cultura popular. Hoy nos presenta un documento insólito, pero especialmente ameno: Voces de Aragón (Intérpretes aragoneses del arte lírico y la canción popular (1860-1960), Ibercaja, Biblioteca de Cultura Aragonesa. La presentación tendrá lugar a las 20.00 en la Sala de Música del Palacio de Sástago (Coso, 44).

--¿De qué trata Voces de Aragón?

--De la memoria sonora de Aragón desde que existe el sonido grabado, desde que las máquinas hablan. Es una investigación acerca de los inicios del fonógrafo y los primeros discos aragoneses, una reflexión sobre estas voces y, sobre todo, un estudio biográfico-artístico sobre los aragoneses que entre 1860 y 1960 llevaron su voz al disco, con especial atención a los cantantes líricos de los que, exceptuando a Fleta, hay muy poco escrito.

--¿Sólo los líricos?

--No. Se habla también de los cantantes populares, tanto joteros, como cupletistas y cantantes ligeros, pero como de éstos me he ocupado en libros anteriores, el protagonismo esta vez lo tiene el bel canto.

--¿Miguel Fleta, Pilar Lorengar y quién más?

--Dos docenas y media más, por lo menos. Desde el primero, Antonio Aramburo, de Erla, al que cita admirativamente un tal James Joyce, hasta la última de las que aparecen, María Antonia Rey, pasando por Elvira de Hidalgo, de Valderrobres, la maestra de María Callas.

--¿El libro viene a ser una historia del canto en Aragón?

--Puede decirse que sí, al menos del periodo entre 1860 y 1960, porque de ahí hasta la actualidad ya lo hizo con solvencia Matías Uribe en otro libro de esta misma colección. Pero es también una historia social, con un panorama de la evolución del gusto y las costumbres.

--¿Por qué se sabe tan poco de nuestra historia musical?

--Se pueden dar cien razones pero fundamentalmente porque no se conoce ni se educa para conocerla. Cuando en todo el mundo civilizado hace decenas de años que hay fonotecas y se crean archivos para recoger esa memoria musical, aquí ni siquiera se graban en soporte moderno los discos que se conservan de los cantantes o joteros más antiguos y que van a perderse. Es sencillísimo y me parece muy bien encontrar CDs de dulzaineros, tamborileros y chifleteros o de la tía Remigia cantando en Lorbés, pero imposible escuchar a un Juanito Pardo o a un Antonio Aramburo.

--¿Además de la investigación, cuenta cosas sabrosas?

--Ya sabe usted que me pirro por lo populachero. No perdono a los que escriben sin amenidad, así que procuro predicar con el ejemplo.