Habrá ayudado, o no, que el aragonés José Luis Yzuel sea el nuevo presidente de los hosteleros españoles, pero lo cierto es que Jesús Acín, al fin, ha sido premiado en los galardones de la FEHR, Federación Española de Hostelería, en su cuarenta aniversario. Un premio especialmente merecido, en cualquier caso.

Pues Jesús, el único de los tres hermanos que sigue en la hostelería -Lorenzo ya fallecido y Luis, entre otros asuntos, se dedica a la Lonja del Ebro- simboliza perfectamente la evolución del sector en los últimos 50 años. Lo que comenzó siendo el merendero de una gasolinera, actualmente la Venta del Sotón, creció y dio de comer a las tres familias durante mucho tiempo.

Independizados los hermanos, Jesús se afincó en Zaragoza, donde recuperó un mortecino Cachirulo a finales de los años 80. De ahí nacieron otros proyectos, fincas de bodas, hoteles, la Feria de Zaragoza, la empresa de cáterin, el palacio de Larrinaga o el restaurante del Teatro Principal.

Pero más allá de los espacios o la gastronomía, Jesús Acín se ha caracterizado por la discreción y la colaboración silenciosa con el sector. Un modelo empresarial que, tristemente, está desapareciendo y que casi antepone el trabajo a la propia vida. Eso de aprovechar las vacaciones para descubrir las últimas tendencias aquí o en el resto del mundo.

Y, aunque como escribíamos hace poco, los premios generales se suelen olvidar del sector, al menos este premia a los mejores. Que están aquí.