Fotoperiodista valenciano, presenta su exposición ‘Lo que no se ve’, ubicada en la torre DKV Zaragoza. Allí muestra espacios vacíos marcados por crímenes machistas ocurridos en 2017.

¿Qué es lo que no se ve?

Lo que no se ve es la presencia humana. Lo que no se ve es el crimen, simplemente se ve un espacio. Lo que no se ve es el pie de foto, que se lee. Lo que no se ve es esta violencia que ocurre todos los días, que ocurre siempre. Lo que no se ve normalmente es que lo cuenten de una forma responsable. En los crímenes machistas siempre se cuenta el morbo, el sensacionalismo. Yo juego con la imagen, un espacio, y tu cabeza se imagina lo que ha pasado y lo que hay detrás.

¿Por qué decidió dedicarse a inmortalizar estos espacios?

Yo trabajaba de fotoperiodista en Valencia. Me enviaron a mi primer caso de violencia machista y lo fotografié a mi estilo. Cuando llegué a la redacción y entregué mi trabajo me llamaron a los diez minutos: «¡Jesús!, ¿Dónde están las fotos buenas?». Ellos querían ver a la familia llorando y yo no les quería dar eso. Al día siguiente salió en la portada del periódico la foto de una agencia que había sacado lo que ellos pedían. Ahí tomé nota y aprendí a hacer el trabajo que me exigían, hasta que fui padre en 2016.

Su vida cambió por completo.

Totalmente. Tenía la sensibilidad a flor de piel. Dejé de trabajar en el periódico porque las condiciones no eran dignas. Un día estaba viendo la tele y vi el caso de esa puerta de allí -señala una de las fotografías- donde le habían pegado cinco tiros a una mujer delante de su hijo. Entonces pensé en fotografiar estos espacios, los lugares vacíos donde habían ocurrido asesinatos machistas.

¿Le resultó difícil hallar los emplazamientos?

Cuando empecé a hacer el trabajo me di cuenta de que hay muchos más lugares relacionados con crímenes machistas de lo que nos imaginamos, pero la mayoría quedan en el olvido. Cuando ocurre el asesinato todo el mundo va, se manifiesta y se hace la foto, pero luego se guarda en un cajón, ya no se quiere hablar de ello. En pocos sitios donde he ido he encontrado gente predispuesta a contar lo que pasaba.

Imagino que no fue fácil adentrarse en estas localizaciones.

Para nada. A mitad del proyecto tuve que tomarme un descanso porque tenía pesadillas. Te metes tanto dentro de la historia que cuando llegas a ese lugar ya lo conoces. Allí ha pasado algo terrible, sabes muchos detalles. Todo esto lo llevas dentro y de alguna manera se refleja en las fotos.

¿Cuántos asesinatos hay detrás de estas fotografías?

Aquí hay un conflicto importante. Víctimas de violencia de género oficiales en 2017 se contabilizaron 49, pero esas son las que tenían una relación anterior con su verdugo, una relación sentimental. El problema es que ni las prostitutas que son violadas y asesinadas ni los hijos de las víctimas se cuentan, por darte dos ejemplos.

¿Es el caso de alguno de los crímenes de esta exposición?

Ocurre en el caso de Diana Quer, su foto es la más famosa. Como no conocía a su asesino no se contabiliza como víctima oficial de violencia de género, lo que implica la pérdida de muchos beneficios judiciales.