Jorge Pueyo, un joven abogado de Fonz, se convirtió en un rostro conocido gracias al programa Charrín, charrán de Aragón TV. Pero ahora se ha convertido en toda una celebridad en las redes sociales con un informativo en aragonés que, en apenas dos minutos, llega a acumular cientos de miles de visitas.

-¿Cómo nació la ideal del informativo?

-En parte por Ángel Martín (el humorista que comenzó a hacer algo parecido en Twitter), pero también porque siempre he estado interesado en la actualidad de Aragón, en fomentar una agenda social aragonesa. Comencé a hacerlo con noticias que me pasaban mis amigos, y luego se me reían, era divertido. Tenía entre 3.000 y 7.000 reproducciones por vídeo, y después de Charrín Charrán necesitaba usar lo que había aprendido de comunicación audiovisual. Pero la cosa se disparó.

-¿Cuántas reproducciones tiene ahora?

-Pues el de hoy (la entrevista es en día de colgar vídeo, por la tarde) veintitantas mil. Como los hago cada tres días, van cogiendo visitas. El que más ha tenido fueron 150.000, y el segundo, 120.000, lo normal son 50.000 o 60.000. Cuando uno tiene muchas, el siguiente intento hacer las cosas más raras, improvisar, para que no lo vea nadie, y así me baja la presión. Total, cobro lo mismo (ríe).

-¿De dónde son sus seguidores?

-En el vídeo de tantas reproducciones muchos eran de Cataluña, también de Valencia. Mucha gente es catalonaparlante, no necesariamente de Cataluña, también de la Franja, de Benabarre, Fraga o el Matarraña. En Instagram, que te deja ver las estadísticas, veo que en realidad hay un 30% de visitas de Zaragoza, un 8% de Barcelona o un 3% de Valencia. También bastante asturiano, que tienen el mismo problema que aquí con la oficialidad. Lo de Valencia es muy curioso, dicen “qué valenciano más raro hablas”, porque muchas palabras son iguales. También dicen chino chano, u orache, que es el tiempo, que en catalán es temps.

-¿Le alegra o entristece que pueda haber más interés en otras comunidades que en la suya?

-Igual es que el interés en Aragón hay que generarlo, en otros lugares ya existe esa sensibilidad lingüística. Hay mucha gente que me ve que es de fuera pero de origen aragonés, y es muy bonito cuando me dicen que hablo como su abuela. También hay mucho catalanoparlante porque el ribagorzano (la variante que habla Pueyo) es el más parecido, incluso es difícil trazar la línea en la franja de dónde se habla catalán y dónde aragonés en la zona.

-¿Ya que estuvo en la televisión, y ahora ha tenido este ‘boom’ en interés, le han propuesto volver?

-De momento estoy muy contento de abogado, aunque le echo mogollón de horas. Sí que me gustaría volver, porque el gusanillo del audiovisual mola, si hubiese algún proyecto interesante. Pero de momento no me han propuesto nada.

-Y el informativo, ¿quiere hacerlo crecer?

-Lo que me he planteado es reducirlo (ríe). Al principio lo hacía diario, pero hay que hacer un guión, buscar, grabar… Al final decidí que con dos días ya estaba bien, para enganchar a la gente pero tampoco amargarme yo. Que también hay que tener vida.

-Pertenece a CHA, ¿por el lado político sí se plantea avanzar?

-Desde hace unos años estoy en CHA, porque vi que les interesaba el tema lingüístico, y ahora soy coordinador del rolde de Política Lingüística. Pero más allá, es el campo en el que menos me interesa avanzar. He visto a mi padre metido en política y es muy sacrificada: en Twitter estás un rato y obtienes mucho amor, en política echas horas y horas y solo logras malas caras.

-¿La defensa de las lenguas propias está ligada a la izquierda?

-No debería, yo lo veo un tema completamente transversal, en Fonz lo hablan incluso más gente de ideología conservadora, y en La Fueva he oído auténticas animaladas, directamente apología del franquismo, en Aragonés, que no deja de ser curioso, pero es incluso lo bonito. La lengua no es de un partido, y ha sido más bien al revés, con casos como el de Vox con los carteles de Huesca, que desde el otro lado se intenta imponer una cultura única. La lengua no hay que enarbolarla como arma, es tóxico.

-¿Le ha llegado el interés de gente por estudiar aragonés a raíz del informativo?

-Sí, y no solo eso, las asociaciones están recibiendo interesados a través de mi cuenta, no exagero si digo que un centenar de personas me han preguntado dónde pueden aprender aragonés. También que van a montar proyectos o grupos musicales en aragonés que tenían abandonados. Es muy bonito que ten venga alguien de Pina de Ebro a preguntar dónde puede estudiar, pero a la vez es una responsabilidad que hace que no lo pueda dejar.

-¿Cree que se llegará a enseñar aragonés en todas las escuelas de la comunidad?

-Hay clases voluntarias en algunos sitios, pero no se llega a frenar la destrucción del idioma, ni la brecha intergeneracional de no enseñárselo a los hijos en casa. Lo lógico, entiendo, sería que al menos donde la lengua se mantiene viva fuera obligatoria en la escuela, porque los chicos tienen derecho a aprenderla. Y luego ya, en el resto, que al menos hubiese la posibilidad, porque además aprenderla da facilidad para otros idiomas, como el francés.

-¿Qué le diría a quien sostiene que el aragonés es una lengua inventada?

-Que le puede preguntar a mi bisabuela de 103 años que quién se la enseñó. Al final claro que hay que hacer una lengua unificada, pero los hablantes de aragonés se entienden perfectamente, como un gallego y un andaluz. Lo que no se puede hacer es crear un klingon, cogiendo la palabra más rara de cada sitio, habrá que coger lo común.

-¿Le gustaría poder participar en un juicio en aragonés?

-Estaría guapísimo (ríe). Y creo que puedo llegar a verlo. A día de hoy estamos a pocos meses de que se cree la Academia del Aragonés, con los tres modelos que existen presentes, y a partir de ahí que se pueda empezar a institucionalizar, a rotular, etc. Lo que espero es que se pueda garantizar que yo, por ejemplo, pueda dirigirme al Ayuntamiento de Fonz en aragonés, igual que hablo con el alcalde. O que los plenos, que esto ocurre, no tengan que transcribirse al castellano después de haberse celebrado en aragonés.