La excavación arqueológica de la ciudad celtibérica de Bursau, en Borja, se abrió ayer al público en una jornada en la que los visitantes pudieron conocer los resultados de los trabajos realizados en las semanas.

El proyecto está impulsado por el Ayuntamiento de Borja que, tras los buenos resultados de la primera campaña de excavaciones del 2017, ha decido apostar por la investigación y la puesta en valor de los restos arqueológicos de la antigua ciudad celtibérica de Bursau. Así, la segunda campaña de trabajos en la zona comenzó el pasado día 22 de julio. Concretamente, esta se centró en los trabajos de excavación del yacimiento arqueológico del Cerro del Esquilar, en el que se han localizado los orígenes de la ciudad de Borja en la I Edad del Hierro.

Los ejercicios realizados este verano se han centrado en ampliar la zona excavada en 1978, 1979 y 2017. También se han realizado dos nuevos sondeos en diferentes zonas de la ciudad para delimitar su extensión y las diferentes fases de ocupación. En los sectores 1 y 2 se han documentado las estructuras defensivas del siglo I a.C., compuestas por gruesos muros de piedra con alzado en adobe, correspondientes a la zona septentrional del sistema defensivo de la ciudad de Bursau durante las guerras civiles romanas. En este contexto se han recuperado diversos materiales arqueológicos relacionados con el sistema de fortificaciones como ánforas itálicas de vino, aceite y una espada de hierro.

En la parte más oriental del cerro se localizó un muro de la I Edad del Hierro (s. VI-V a.C.), asociado a dos pavimentos de tierra batida sobre los que se recuperaron un lote de cerámicas pulidas de la I Edad del Hierro y gran cantidad de semillas carbonizadas. También se han documentado numerosos fragmentos cerámicos con cronologías entre los siglos II y I a.C.