Las II Jornadas sobre Patrimonio Industrial, que organiza la asociación Métete en Harina, sirvieron ayer para reivindicar el valor, la riqueza y el potencial de edificaciones como la harinera de Casetas, un inmueble actualmente desmantelado pero que podría acoger diferentes prestaciones para el barrio mientras mantiene su empaque como edificación industrial.

La cita, que continúa hoy con más actividades y la visita de representantes de los grupos municipales, congregó ayer a expertos sobre el tema de Aragón y de otros puntos del país, como Cataluña y Andalucía, y mostró ejemplos de otras harineras en la comunidad como la de Caldearenas o la de Calatayud, además de ilustrar con casos como la del Clot, en Barcelona, o la de la Virgen del Rocío, en Jaén. Algunos de estos ejemplos se encuentran rehabilitación, mientras que en otros ahora se desarrollan iniciativas como museos o centros sociales. Precisamente, la jornada también puso el foco en la propia harinera de Casetas, construida a partir de 1913 y que cesó su actividad en el año 2006. La visita guiada al inmueble mostró su realidad, desmantelado del equipamiento industrial que mantuvo hasta el 2007, aunque mantiene su valor arquitectónico.

La profesora de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza Pilar Biel incidió en la riqueza de este tipo de equipamientos cuando conservan no solo el edificio, sino también la maquinaria y útiles con los que se producía. «Aquí han estado trabajando las generaciones que nos han precedido. No solo perdemos el valor arquitectónico, sino una manera de trabajar», explicó durante la visita a la fábrica.

Biel también detalló que el entramado interno de la harinera de Casetas «ha sufrido mucho» cuando se extrajo la maquinaria, mientras que el tejado muestra filtraciones, lo que pone en peligro el edificio. «No está para hundirse pero evidentemente no es un buen estado de conservación», resumió.

La fábrica, que perteneció a la familia Soláns y ahora es propiedad de un banco, recibió recientemente la ampliación de su catalogación por parte del Ayuntamiento de Zaragoza con un grado de protección de Interés Arquitectónico A. «Hay que conservar fachada y los interiores y no se puede edificar dentro, se tienen que conservar los espacios tal y como están», detalló al respecto la vicepresidenta de Métete en Harina, Isabel Vaquero.

Además, reclamó como portavoz de la asociación, que el actual propietario o el consistorio, como responsable subsidiario, se haga cargo de los daños en la fachada, actualmente cubierta por una maya.

Vaquero deseó que las «buenas palabras» que han recibido por parte de los grupos municipales en los últimos años se transformen en un «compromiso en firme» para la adquisición de este inmueble. «Lo que queremos es que la harinera se mantenga y lo haga como equipamiento sociocultural para el barrio, porque casetas es deficitario en espacios», explicó. «Por desgracia no podemos dedicar el espacio a un museo, que sería maravilloso», lamentó, aunque recordó algunas de las carencias de la zona, como los desperfectos en la ludoteca o los problemas con el aislamiento de la escuela de música, aunque concluyó que deberán ser los técnicos municipales los que consideren los posibles futuros usos del inmueble.