El sector del calzado atraviesa una situación dramática en la comarca del Aranda. A la crisis que arrastra desde hace más de una década, se suma la situación sanitaria.

¿Cuál es el estado del sector del calzado?

Lleva en crisis desde finales del 2007 o 2008. Cuando empezó la crisis en España nosotros ya llevábamos dos años. En la comarca tenemos un zapato de altísima calidad y se ha fabricado desde hace muchas décadas, hemos sido pioneros en el país y de las zonas con mayor producción. En 20 años habremos perdido entre 10 y 12 fábricas, cuando pasábamos de 100. En una comarca de en torno a 6.000 habitantes, imagine el varapalo que es esto. Habremos perdido 2.000 puestos de trabajo en dos décadas, y en la última sobre los 1.500 empleos. Con la pandemia se ha agravado todavía más porque la gente no sale a la calle, no compra zapatos, los comercios están cerrados, los representantes no pueden salir a vender, el comercial que quiere comprar está ante la incertidumbre de qué va a pasar. Esto es una cadena que nos afecta, es la puntilla que nos faltaba en la comarca.

¿De qué manera afecta a la zona?

La gente joven opta por marcharse, aquí no hay posibilidad de buscarse la vida, no se puede crear un proyecto de vida con esta situación. La gente mayor que está perdiendo su empleo acaba buscando trabajo fuera de esta comarca, donde hay más posibilidades, como Valdejalón, La Almunia, Zaragoza o Calatayud. Acaba yendo y viniendo, pero al final venden sus viviendas y se marchan fuera. Esta comarca tiende a desaparecer si no se le pone remedio pronto.

¿Existe un plan para apoyar al sector?

Sí. Se firmó un convenio con el Gobierno de Aragón y la asociación de fabricantes de calzado para elaborar un plan estratégico. Se hizo un informe del sector del calzado en la comarca, comparándolo con otras zonas, como Alicante, Arnedo o Italia, con las diferencias que basaban que esta zona estaba cayendo. El análisis se presentó en febrero a los fabricantes y ahora estamos trabajando para poner en marcha un plan con una inyección económica bastante importante por parte del Gobierno de Aragón y la Comarca para impulsar el sector del calzado hacia donde vemos que puede tener salida, sin olvidarnos de que hay que competir con grandes fabricantes que trabajan muy barato. No queda otra más que hacer un zapato de grandísima calidad, apostar por la innovación, el desarrollo y las nuevas tecnologías. En enero o febrero se pondrá en marcha, pero no podemos olvidar que el calzado es un monocultivo de esta comarca y debemos diversificar hacia otros sectores.

¿A cuáles?

Estamos intentando atraer a otras empresas aprovechando las infraestructuras de la comarca y de gente muy cualificada para trabajar en cadenas de producción, lo que da un valor añadido al perfil de los trabajadores. Necesitamos empresas de otros sectores para poder reindustrializar la zona. Sin olvidarnos del turismo, que es uno de los alicientes sin explotar. Estamos ahora inmersos en un proyecto, conseguimos sacar una de las candidaturas de Aragón para los planes de sostenibilidad turística que va dotado con 2.300.000 euros, que se van a invertir en los próximos tres años en un nuevo foco de atracción.

Esta semana se firmó el convenio. ¿Qué va a suponer?

La comarca nunca ha sido muy turística, sino industrial, por tanto, todos los esfuerzos de las administraciones han ido siempre en esa dirección. Nosotros estamos trabajando en el turismo de la comarca desde que soy presidente hace cinco años, con la creación de un centro BTT -el primero de la provincia- y una vía verde por los cuatro municipios que bordea el río Aranda, que ha traído mucha gente. Estamos con un montón de proyectos para atraer turismo, que genera que crezcan nuevos negocios. Cuando consigamos atraer turistas y haya una demanda de esos servicios, se crearán nuevos negocios. La idea es atraer gente poniendo en valor los recursos que tenemos, que ahora mismo están ocultos. El plan generará empleo, ilusión, riqueza y nuevos visitantes que hará que se mueva el dinero.

¿Qué otros sectores se quiere potenciar?

La agroindustria es otro de los pilares fuertes que llevamos tiempo trabajando y que creo que es fundamental. No se le ha prestado atención al sector primario por dedicarnos a la industria. Cambiar esa mentalidad es muy difícil, más cuando te viene todo en contra, como ahora con el covid. Es posible si abrimos varias líneas de actuación, con el turismo, la agroindustria, las nuevas industrias que no sean del sector del calzado, pero no podemos dejar de prestar atención a lo que tenemos y hay que echarles una mano para que no desaparezca. No podemos centrarnos en la reindustrialización y olvidarnos de las fábricas de calzado que han sido lo que ha hecho florecer esta comarca durante tantos años.

¿Cuál es la afección de coronavirus ahora en la zona?

Ahora está todo tranquilo, hubo un brote bastante importante. Aquí tenemos el hándicap de que las poblaciones de Illueca, Gotor, Brea y Jarque aglutinan el 70% de la comarca y están muy juntas. La interrelación entre los municipios es diaria. Estuvimos encabezando el ranking de contagios, pero superamos esa situación y es de normalidad ahora.