La figura del exalcalde José Atarés sobrevoló un pleno en el ayuntamiento que, de no haber sido por el deseo expreso del senador conservador, ayer no se habría celebrado. Pero haciendo gala de su frase favorita, "Zaragoza ante todo" --así lo recordó el portavoz municipal del PP, Eloy Suárez, visiblemente afectado por la pérdida--, la vida municipal siguió su curso, con las banderas a media asta, crespón negro en todas ellas y una tristeza generalizada ante la marcha de un "buen alcalde y un buen hombre". No habrá más luto oficial que el que él mismo pensó para el día siguiente a su fallecimiento, solo la misa funeral que se celebrará la próxima semana en la basílica del Pilar, pero la ciudad grabará su nombre en "una calle, plaza o parque digno" que los portavoces municipales decidan.

Así lo anunció y pidió el actual alcalde, Juan Alberto Belloch, quien se deshizo en elogios hacia la figura de su predecesor en el cargo. De él dijo que "fue un excelente alcalde, buen político y mejor persona, si cabe, que tuve la suerte de conocer hace catorce años, cuando él era teniente de alcalde y yo líder de la oposición, y desde siempre tuvimos un entendimiento político neto, porque aunque tuviéramos distintas ideas siempre fue dentro del afecto, del respeto y el deseo de encontrar soluciones comunes". Recordó que muchos proyectos de la ciudad llevan su sello y que deja "una huella muy positiva en la ciudad".

Además, subrayó que siempre ha tenido buenas palabras hacia su persona, no solo ahora después de fallecido, algo que no ha dudado nunca en comentar "en público y en privado". Y sus elogios también le llevaron a destacar que los comicios del 2003 fueron los más complicados de las cuatro a las que se ha presentado él como líder del PSOE municipal y que, de hecho, "si no hubiera aparecido el tema del trasvase, (Atarés) habría ganado esas elecciones", sentenció.

El portavoz del PP, Eloy Suárez, reflejó en sus ojos vidriosos el pesar de toda la bancada de los conservadores . "Nunca pensé que tendría que hacer esta intervención, creí que saldría adelante de una enfermedad difícil". Así comenzó su rendido homenaje a la figura de Pepe --así lo llamaba todo el mundo--, cuya "pérdida irreparable" dejó al grupo municipal sumido en el dolor. Porque este político "honrado, trabajador y cercano" les enseñó que "hay que estar al lado de los zaragozanos", pegado a la calle. Y, por eso, y porque mostraba "una manera de hacer política que todos deberíamos grabarnos en la retina" destacó por su "vocación de servidor público" para el que la ciudad "lo era todo".

Pero Suárez recordó a sus compañeros de bancada que aunque Zaragoza está "rota" por su muerte y que esta "crea silencios", al exalcalde conservador "le hubiera gustado que hoy nos