Comunicador

La televisión es un electrodoméstico pero también un lenguaje que hay que conocer. Mañana tendrá lugar la última conferencia del programa de formación del profesorado de El Periódico del Estudiante, dentro del marco del Curso Educación en Medios y Valores. La charla la ofrecerá José Ignacio Aguaded, profesor titular de educación en medios de comunicación y de nuevas tecnologías aplicadas a la educación en la Universidad de Huelva. Doctor en Psicopedagogía, es autor de numerosas publicaciones.

--El Gobierno de Aragón va a poner en marcha una serie de iniciativas para difundir la importancia de las pantallas.

--Pues es una magnífica iniciativa. Pero hay que advertir que estos proyectos no se pueden plantear de forma anecdótica, sino que requieren una atención sistemática, y ni siquiera dedicada sólo a los escolares, sino a todo el mundo, a toda la sociedad. Nosotros proponemos que hay que enseñar las claves de ese lenguaje que son los medios. Hay que enseñar a leer los medios y especialmente la televisión, que llega a todo el mundo y tiene un aprendizaje intuitivo.

--¿Cree que existe cierta actitud crítica ante la televisión?

--No lo creo. Socialmente la TV se ve como un mero entretenimiento, y no hay ningún interés por parte de ningún sector social o político en que la cosa cambie. Se entiende que es un electrodoméstico más, una extensión del ser humano.

--Ni siquiera se asume su enseñanza en las escuelas.

--Yo pregunto: ¿por qué en las escuelas hay biólogos y no comunicadores? Resulta que estamos enseñando a los ciudadanos del siglo XXI con modelos del XIX. Todo en nuestra sociedad circula alrededor de la comunicación, pero no estamos preparados para entenderla.

--¿De qué hablará mañana?

--Hay que señalar que la batalla no consiste en criticar al medio, ya sabemos que hay basura en la televisión; ésa sería la lectura fácil. Apostamos por la formación al ciudadano. Si la gente sabe seleccionar lo que ve, incluso apaga.

--Porque claro, la TV es uno de los medios más perversos que hay.

--Claro. La propia televisión conoce su lenguaje y sus armas. La gente por ello debe saber que se utilizan métodos para influir. ¿Por qué se usa el color azul? ¿Qué utilidad tiene la música? ¿Cómo influye el decorado? Todo eso son códigos de un lenguaje que hay que conocer.

--La misma televisión pública está inmersa en una batalla por la audiencia como una privada.

--Así es, y en ese aspecto tienen razón las cadenas privadas. La televisión pública no debería ser competitiva, debería tener más interés en el aspecto formativo.