El novelista e historiador José Luis Corral considera que el personaje histórico y real de El Cid, el que peleó en las fronteras de Castilla, luchó contra los cristianos al frente de las tropas del rey moro de Zaragoza y llegó a ser señor soberano de Valencia, es más extraordinario que el de las leyendas.

Corral, que ya noveló la vida de Rodrigo Díaz de Vivar en "El Cid", ha hecho esta reflexión en una conferencia en la que ha analizado la figura de este personaje y los avatares que le convirtieron tras su muerte en un mito útil para los reyes cristianos y, en el siglo XX, para el régimen de Franco.

Según el novelista, en el imaginario colectivo perdura la idea de que El Cid hizo jurar en Santa Gadea de Burgos al rey Alfonso que no había matado a su hermano y que ganó una batalla después de muerto, pero estos hitos no son más que "invenciones" de juglares que ocultaron la verdad con fines ideológicos y políticos.

Los juglares, ha explicado, ocultaron sistemáticamente en sus romances y canciones que trabajó a sueldo de los musulmanes para "ganarse el pan" debido a su grandes dotes para la "guerra relámpago", y que llegó a arrasar tierras cristianas en La Rioja.

Para Corral, El Cid, como hombre de su tiempo, tuvo una virtud "extraordinaria" que le llevó a romper con la dinámica que le obligaba a ser un pequeño señor feudal del norte de la provincia de Burgos para convertirse en el señor de Valencia, en un soberano, casi un rey".

Tras su muerte, en 1099, y debido al hecho "insólito" de que un noble de "segunda fila" que carecía sangre real llegara a ser señor soberano de un reino, los reyes castellanos decidieron "manipular" su figura para convertirle en el "perfecto caballero cristiano" y en uno de los principales mitos de la Reconquista.

Corral considera que los monarcas cristianos estimularon la leyenda con fines políticos e ideológicos, y que la perfección del mito la logró un poeta desconocido, Per Abbat, cuando a comienzos del siglo XIII recopiló todo el material de leyenda en la gran obra maestra de la literatura que es "El Cantar de Mío Cid".

El novelista cree que en la actualidad la historia sigue siendo "un arma ideológica formidable" que se emplea en ocasiones para "justificar" un presente determinado, algo que, según afirma, "se puede ver ahora en alguna comunidad autónoma".

Lo cierto es, afirma, que la figura del Cid se convirtió para el régimen franquista en el "perfecto español" y en el personaje histórico favorito de algunos dirigentes políticos, entre los que ha citado al expresidente José María Aznar.

Según Corral, los reyes cristianos se sirvieron de juglares y trovadores para su labor de propaganda política mientras que en la actualidad es internet la herramienta utilizada para lograr estos mismos fines.

El Cid, a juicio del novelista e historiador, tuvo que hacer frente a su destino en el año 1088 cuando fue desterrado por segunda vez y desposeído de todas sus pertenencias.

Al frente de un pequeño grupo de soldados profesionales con los que arrasó pequeñas poblaciones musulmanas para poder "ganarse el pan", Díaz de Vivar llegó a Valencia, ciudad que logró conquistar y de la que fue señor soberano.

Un siglo después, asegura Corral, cuando se recrudecía la lucha contra los musulmanes por sus tierras "los monarcas necesitaron el ejemplo de un personaje que gracias a su valentía, fidelidad al rey y a Cristo, consiguiera llegar a la cúspide", algo que encontraron en la figura de El Cid.

En declaraciones a Efe, Corral ha explicado que entre sus proyectos se encuentra la publicación de tres tomos sobre la historia de El Cid y de un estudio sobre el mito y la realidad de este personaje, así como una reedición con notas de su novela.