A pesar de su declarada admiración por un personaje histórico como Cyrano de Bergerac, el actor José Luis Gil reconoce que no ha pensado si se le podría definir con una frase, aunque la reflexión le lleva a negarlo y cree que sería "injusto" hacerlo con una sola porque "es un clásico maravilloso".

"Creo que se necesitarían varias frases para definirlo porque ante todo es honesto, tremendamente honesto en la vida. Tiene claros sus principios y también por lo que no va a pasar y no se va a vender", afirma en declaraciones a EFE el zaragozano antes de representar a este clásico en el más carismático recinto de su ciudad, el Teatro Principal.

Además, abunda, era un "gran autor" al que le ofrecieron estar al servicio del cardenal Richelieu como escritor a sueldo, "algo que se hacía mucho en la época, como hizo Moliere, pero se niega porque su pluma no está a la venta".

"Es un hombre íntegro incluso en su incapacidad de mostrar sus sentimientos porque cree que con eso, no solo no va a conseguir su propósito, sino que no quiere perder el cariño o la amistad de su prima y por eso lo vive a través de un tercer personaje que no molesta", explica.

José Luis Gil (Zaragoza, 1957) recuerda que Cyrano ya le impactó "desde niño", cuando empezaba a estudiar arte dramático y hacía ejercicios con los mejores clásicos de la literatura, como "Miura, Jardiel Poncela, Calderón de la Barca o Shakespeare" que les llevaron "a montar entera la representación de 'La vida es sueño'".

"Cyrano era un personaje que hacíamos con cierta frecuencia, pero en escenas muy concretas, como la del balcón, que después se representaban como se hacía en la época, en radio y en directo ante el público", comenta.

Posteriormente leyó su obra y el verso del parisino le cautivó. "Pensé, vaya verso más bonito, además de que ya me sabía entero el Romancero Gitano y me gustaban esos nuevos profesores como Manuel Dicenta, que para mí era un referente en esa nueva forma de atacar el verso manteniendo la métrica", dice.

José Luis Gil rememora que ya entonces lo veía como "un aventurero, casi como una película de piratas, valiente y fiel a sus principios sólidos como honor y honestidad", para el que "todo" tenía un valor", pero se quedó "ahí" hasta que llegó la oportunidad de retomarlo.

"Cyrano lo tiene todo, dentro de un obrón que tiene una construcción maravillosa, con ironía, drama, vodevil, intimidad, enfrentamiento".

"Es duro, dentro de la amabilidad, -prosigue- jugando con el verbo, basado en la ironía más que en la agresividad. El personaje y la obra lo tiene todo de verdad y auténtico.

Es una obra que se debería estar representando constantemente".

Las circunstancias "favorables" para afrontar el personaje, acompañado de un montaje "que no es barato", se dieron con sus compañeros de su anterior representación teatral en "Si la cosa funciona": Alberto Castrillo-Ferrer, el director, y Ana Ruiz, su compañera de reparto.

"Alberto es muy conocedor del personaje y nos apetecía mucho. Lanzamos la idea para ver si era posible y todo venía muy a favor; para la producción conseguimos gente que apostara por nosotros de verdad", explica.

"Hemos hecho -comenta- la producción que queríamos, sencilla, directa, bonita y muy en su tiempo, con fluidez en la narración de la historia y que ubicara rápido en el espacio y el tiempo".

Sobre las diferentes versiones que ha visto en los que "te puede gustar más una puesta en escena que otra", Gil afirma que es un personaje que "se puede hacer de muchas maneras y casi todos llevan un poco de la personalidad del que lo interpreta, pero siempre está bien".

"Siempre he salido contento del teatro o del cine, como en el caso de Depardieu que lo redescubrió para el gran publico con una versión maravillosa, que es muy Depardieu, pero también puede ser José Luis Gil o José Ferrer", incide.

A pesar de su dilatada carrera actoral, en la que ha pasado por todos los medios incluido el doblaje, del que asegura que creció "mucho como actor", se muestra rotundo sobre algún personaje que pueda tener pendiente.

"No tengo ningún personaje pendiente de hacer, me han hablado del Quijote..., pero tampoco tenía pendiente Cyrano, que quede claro. En un momento dado pude elegir, y si te ofrecen esa oportunidad, eliges sobre algo seguro que sabes que te va a gustar y que lo quieres hacer y lo vas a disfrutar", asegura.

Tras haber estrenado la obra el pasado mes de abril, la compatibilización con los compromisos televisivos de Gil les ha llevado a representarla en fechas muy concretas como el Festival de Almagro u otras plazas importantes con una veintena de puestas en escena, por lo que en Zaragoza será donde se debe consolidar "con diez días en el Teatro Principal durante los pilares" para posteriormente ir a Madrid, aunque ya será entrado 2018.

"Somos -dice- una compañía muy aragonesa, aunque el germen está en Madrid".

"Siempre ha significado mucho para mi venir al Teatro Principal. Vine con 17 años con la comedia 'Ciao' de Pepe Calvo con el papel protagonista y no había vuelto a Zaragoza hasta hace unos años, que lo he hecho con tres o cuatro montajes. Volver a pisar este escenario, tras esos años, fue muy emocionante", comenta.

A Gil el salto al reconocimiento mayoritario le ha llegado tras su papel como Juan Cuesta en la serie televisiva 'Aquí no hay quien viva' y Enrique Pastor en la continuación en 'La que se avecina', aunque es rotundo a la hora de decantarse por el medio en el que se siente más a gusto: el teatro.

"El teatro es lo que he vivido desde niño. Tiene el momento mágico de la inmediatez, con publico cerca y todo lo que pasa se recibe en seguida, y si crees que algo no ha salido como debería, tienes la posibilidad de mañana hacerlo mejor", asegura.