Decorador floral

Cuatro creadores realizaron esta Semana Santa en Híjar una instalación de difícil catalogación. La llamaron Pasión según... David Calvo (ceramista), María José Espinosa (diseñadora de joyas), Fernando López (fotógrafo) y nuestro invitado, que es decorador floral.

--¿Se puede explicar en pocas palabras qué hicieron en Híjar?

--Una muestra de cuatro creadores que expusieron un mismo tema bajo cuatro puntos de vista: floral, cerámico, en joyas y fotográfico. El tema era pasión. ¿Por qué? Porque nuestro trabajo nos apasiona.

--Pero, claro, exponerlo en Semana Santa tiene su segunda lectura.

--Claro. Hubo gente que vio algo religioso y la hubo que sintió la exposición. Y hubo otros que no vieron ninguna relación con Semana Santa. En principio, la gente no habituada a visitar exposiciones se siente insegura, necesita algún tipo de explicación... Y a veces teníamos que darles alguna sugerencia para que ellos trabajasen su imaginación, se pusieran en marcha, y en esas condiciones se consiguen reacciones estupendas.

--¿También interpretó la pasión?

--Interpreté la pasión bajo mi punto de vista y utilicé el rojo como color central, un color que me fascina. Hice un trabajo muy espinoso, muy duro, muy impactante.

--Los cuatro creadores tenían relación entre sí?

--Hicimos un trabajo conjunto con un material común como fue el espino.

--Han sido ustedes pioneros.

--Sí, sin falsa modestia. Nadie había hecho una exposición de este tipo. Ya hemos superado la fase de lo etnográfico y ahora vamos a lo actual. A mí lo que me gusta es la gente. Creo que es hora de decir que se ha infravalorado el gusto de la gente, que no es estúpida. Le gustan estas cosas y además las compra.

--Como yo no la he visto, me fascina saber cómo un chico de Híjar se dedica a la decoración floral.

--Ja, ja. Yo no soy vendedor de plantas, yo coloco las flores. Tenemos una materia prima que nos da la naturaleza que no modificamos y provoca formas nuevas: eso es el arte floral. Hay que estar enamorado y apasionado.

--Pero desde Hijar...

--Trabajo para donde me llamen. Yo hago un ramo precioso para el cementerio o para una boda. La gente que viene a mi tienda ya sabe a lo que viene, y ahora voy a modificar ese concepto: allí venderé lo que yo quiera. ¿Es un poco pedante? Bueno, pero la gente se fía. Se trata de crear una complicidad entre el cliente y el vendedor. Por eso no soy un vendedor de plantas. Comienzas creando un ramo de boda y acabas organizando todo el acto en complicidad con la familia.