Un joven ha aceptado hoy ante el tribunal de la Audiencia de Huesca ser condenado a penas que suman 4 años de prisión como responsable de agredir y retener ilegalmente a su novia durante la celebración de la Nochevieja del año 2013.

La condena ha sido acordada entre la fiscalía, que solicitaba inicialmente 8 años y 6 meses de prisión para el acusado, de 26 años de edad y en prisión provisional desde que ocurrieron los hechos, y el representante de la defensa.

El acuerdo, que ha evitado la celebración del juicio, contempla una agravante de reincidencia, ya que el joven acumula otras dos condenas por lesiones y amenazas en el ámbito familiar, y una atenuante de reparación del daño al haber indemnizado previamente a la víctima con 11.460 euros.

La condena pactada prohíbe además al joven acercarse a su expareja a menos de 500 metros durante un periodo de 7 años.

Los hechos, aceptados como ciertos por el acusado, ocurrieron durante las primeras horas de la madrugada en el entorno de la macrodiscoteca de Almudévar (Huesca), a la que se desplazó la pareja junto a un grupo de amigos para celebrar la despedida del año.

La agresión comenzó en el exterior de la referida macrodiscoteca, instantes después de que la joven saludara a un grupo de amigos ante la mirada de su compañero.

El acusado, de 26 años y con antecedentes por delitos de lesiones y de amenazas en su entorno familiar, agarró a su compañera "violentamente" del brazo y trató de introducirla contra su voluntad en el coche.

Uno de los empleados de la discoteca, alarmado por la violencia de la situación, intervino en ese momento y acompañó a la joven hasta unas oficinas para tratar de tranquilizarla.

Un rato después la denunciante salió para recoger sus efectos personales del coche y fue cogida del brazo por el acusado, que consiguió introducirla dentro y emprender la marcha por unos caminos cercanos.

El joven detuvo instantes después el vehículo, sacó a su novia de su interior y la arrojó al suelo, donde, presuntamente, le propinó patadas y puñetazos por todo el cuerpo.

Cuando volvió a introducir a la joven en el coche, ésta cogió su teléfono móvil y pidió ayuda a sus amigos, maniobra que fue observada por el acusado, quien detuvo el vehículo para arrebatarle el aparato y volver a golpearla.

Finalmente, el presunto agresor aceptó llevar a la joven al Hospital San Jorge de Huesca tras asegurarle ésta que no le denunciaría y que se limitaría a decir que se había caído por unas escaleras.

A causa de esta agresión la joven padece ansiedad, estado de ánimo depresivo y trastorno de estrés postraumático.