El joven afincado en Pina de Ebro que fue encontrado el martes en estado agonizante en su domicilio fue sometido a dos intervenciones en la madrugada de ayer, en las que se le amputó su mano izquierda, totalmente necrosada, y se le redujo la herida craneal que hace peligrar su vida. Su estado sigue siendo muy grave y continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza. El caso sigue bajo secreto de sumario y no se descarta ninguna hipótesis sobre la brutal agresión.

Pedro L. J. C., de 35 años, fue hallado el martes por miembros de la Benemérita, después de que sus compañeros de trabajo de la víctima, en la fábrica de Arruabarrena, denunciaran su ausencia injustificada por segundo día consecutivo.

AGONIA El joven estaba agonizando en su cama, atado de pies y manos, con una grave herida en la cabeza, inconsciente, en medio de un gran charco de sangre, y con la mano izquierda necrosada por falta de riego sanguíneo.

Pedro L. J. C. tuvo que ser sometido a dos intervenciones consecutivas ante la gravedad del estado en que se encuentra. La primera para reducir el traumatismo craneal que padece, ya de madrugada, y la segunda, horas después, para proceder a la amputación de su mano izquierda, algo que ya se había sido contemplado por los servicios sanitarios del centro el día anterior, que reconocieron que la mano estaba fría y había tomado color azul. La víctima pasó demasiadas horas maniatado encima de su cama.

En el momento que los agentes de la Guardia Civil accedieron a su domicilio y recibió las primeras atenciones sanitarias, su estado era tan grave que un leve movimiento provocó que el joven entrara en parada cardio-respitatoria. Pedro, natural del País Vasco, está acompañado por algunos familiares, que se desplazaron urgentemente a Zaragoza al conocer la noticia.