La Policía Nacional ha tenido que volver a intervenir en un nuevo caso en el que un enfermo mental mantiene retenidos bajo amenazas a sus familiares y se atrinchera en su vivienda. Ocurrió ayer en el número 34 de la avenida Cesáreo Alierta de la capital aragonesa y tras dos horas de negociación, el joven depuso su actitud y fue detenido.

Ocurrió sobre las 11.00 horas de ayer cuando la hermana y madre de un joven de 29 años llamó a la sala del 091 para pedir auxilio. El chico estaba «fuera de sí», según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, y estaban encerradas.

Inmediatamente se activó el protocolo para evitar males mayores. Hasta el domicilio se trasladaron miembros de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía, el 061, una dotación de Bomberos de Zaragoza por si hubiera sido necesario acceder por alguna ventana y el equipo de negociadores que consiguió poner a salvo a estas dos mujeres. Los sanitarios del 061 suministraron medicación a la víctima y le trasladaron al hospital Miguel Servet de la capital aragonesa.

Según estas mismas fuentes, no es la primera vez que este joven tiene un brote de estas características y que acaban sufriendo sus seres queridos.

El equipo de negociadores ya se enfrentó el pasado 4 de mayo a un caso similar. Durante seis horas, un hombre de 40 años se atrincheró en su vivienda en la avenida Duquesa Villahermosa de la capital aragonesa, donde tuvo secuestrados a sus padres, llegando incluso a amenazar a su madre con un cuchillo.

En este caso fue necesario activar el Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón para intervenir por la fuerza en caso de que corriera peligro la vida de los rehenes. El hombre salió por su propio pie de la casa e ingresó en un centro mental.