Driss Elgharadi, el joven marroquí de 20 años que se quedó encerrado 36 horas en el autobús que cubre la línea entre Huesca y Sariñena, se desmayó y murió posteriormente como consecuencia del calor y de la falta de oxígeno. Así lo ha establecido la autopsia practicada al cadáver, según indicaron ayer fuentes familiares.

El fallecido, que estudiaba enfermería, padecía diabetes, por lo que la combinación de calor y escasez de aire para respirar pudo inducir una crisis glucémica de la que no pudo ser curado en la sección de Urgencias del hospital San Jorge, adonde fue conducido cuando el propio chófer del vehículo lo halló tendido en el interior de autobús, a principios de mayo.

Sus familiares indicaron ayer que preparan una despedida del infortunado joven en el campo de fútbol de Sariñena antes de su traslado a Marruecos para recibir sepultura.

"Estamos reuniendo dinero de donaciones que hacen amigos, vecinos y compañeros de trabajo para pagar el traslado, porque es muy caro", manifestó ayer Fátima, hermana de la víctima. "Estamos muy tristes", añadió.

El chófer fue despedido por la empresa donde trabajaba, que lo acusó de negligencia.