Jessica Mirella V. V. trató de evitar ser juzgada junto a su expareja, el pasado mes de febrero, por las torturas infligir a otra joven en el año 2015, si bien la Policía Nacional la localizó en el aeropuerto de Madrid-Barajas y ayer tuvo que responder ante la Justicia de los hechos que le acusan. Quien hubiera sido su compañero de banquillo si no hubiera decidido ignorar a la autoridad judicial, Saúl Planas, fue condenado a 8 años de prisión por un delito de lesiones y otro de extorsión.

Un fallo judicial que sobrevoló durante la celebración del juicio en la Audiencia Provincial de Zaragoza y que hizo que Jessica Mirella V. V. admitiera que quemó a la víctima con un cuchillo ardiendo, si bien aseguró que no fue a cambio de dinero, sino porque Saúl Planas y otro joven la obligaron a hacerlo. Al preguntarle por qué se sintió obligada, la acusada contestó que tenía que ir a recoger a su hermana: «Tiene síndrome de Down y estaba a mi cargo», aseveró.

También apuntó que el supuesto dinero que les llegó a entregar la víctima, un total de 16.000 euros, no lo recibió ella y apuntó a que una vez Saúl Planas le entregó 5.000 euros, pero que no sabía nada. Sobre el episodio en el que a la víctima la intentaron asustar simulando que iban a ahogarla, la encausada afirmó que ella no tuvo participación alguna y que, de hecho, se quedó en shock al presenciar ese episodio.

Frente a su versión estuvo la de Saúl Planas que declaró como coimputado. Este joven señaló que los 16.000 euros se los entregó a Jessica Mirella V. V. La joven se enfrenta a ocho años y medio de prisión.