Un pequeño grupo de zaragozanos se reunió a la entrada de la Maternidad del hospital Miguel Servet para recibir a Carcaño con una pancarta en la que le llamaban asesino, y gritarle lo mismo, entre otros insultos, tanto a la entrada como a la salida de la prueba. Según explicó José Javier, uno de los jóvenes que acudió al Miguel Servet, no tenían ninguna vinculación con el caso ni la familia pero querían "mostrar rechazo" a la llegada a Zaragoza de "este asesino. Por lo menos que no se sienta bien recibido el hijo de p...", argumentó el joven. El joven llegó en un furgón de la Guardia Civil, escoltado por un nutrido dispositivo policial, tanto del grupo de Homicidios y la Policía Judicial zaragozana como de los investigadores sevillanos. Ellos se hicieron cargo de su traslado desde el furgón hasta la sala de Neurología donde le practicaron la prueba.