La jueza que instruye el caso del hombre al que le fue amputado el pene en su casa de la calle Calatayud de Zaragoza ha acordado la puesta en libertad provisional del único investigado por estos hechos, Aarón Jonás B. M., en espera de que se celebre el juicio o se practiquen otras pruebas, incluida su declaración.

Su excarcelación efectiva no está tan clara, ya que tiene otros casos pendientes por quebrantar una orden de alejamiento, según fuentes jurídicas consultadas, además de que ya fue condenado a un año de cárcel por maltrato y amenazas a su padre y a su hermano.

Pero al menos en cuanto a la causa del pene amputado, el joven de 29 años podría salir de la cárcel, después de acordarlo la jueza, que ha aceptado la solicitud del abogado de Aarón Jonás B. M. en este caso, José Luis Melguizo.

El letrado argumentó en primer lugar que él siempre ha negado ser el autor de los hechos, y el único testimonio realmente incriminatorio es el de la propia víctima, el ciudadano británico que sufrió la amputación del pene y fue encontrado vagando por la calle y sangrando abundantemente. Un testimonio que puede ponerse en duda por varios factores, como el hecho de que declarase hasta en dos ocasiones que se había autolesionado, antes de decir a la Policía que se lo había hecho un compañero de piso. O que esté bajo tratamiento por esquizofrenia paranoide.

Además, recordó el penalista a la jueza, la víctima había colgado varios anuncios en internet pidiendo ayuda para grabar el momento de la lesión, en ningún caso para efectuarla, y le había dicho a su pareja varias veces que tenía intención de amputarse el pene él mismo. Al parecer, porque no se sentía identificado con su cuerpo desde los 16 años, según las declaraciones posteriores que hizo.

El único testimonio que corrobora esta versión final de la víctima es el de un testigo que dijo, en un principio, que se llevaba bien con el acusado, pero acabó reconociendo que habían discutido por una cuestión de dinero, por lo que su aportación a la causa podría tener un motivo espurio.

La tesis que mantiene la Policía hasta el momento, basada en estos testimonios, es que el acusado cortó el pene de su compañero de piso a cambio de 200 euros, y que le había prometido hasta 2.500 en el caso de que colgase el video en internet y tuviese éxito.

Esta presunta grabación no aparece, y la Policía investiga si lo borró el acusado del móvil de la víctima. Pero incluso en el caso de que Aarón Jonás B. M. fuese declarado culpable en el futuro, hay varias circunstancias que previsiblemente rebajarían la pena, añadió el letrado en el escrito que ha convencido a la jueza.

ATENUANTES

En primer lugar, que el Código Penal reconoce como atenuante el consentimiento de la víctima ante una lesión, lo cual sucede claramente en este caso, en el que la víctima había puesto incluso anuncios en internet.

También habría que tener en cuenta que, según declararon ambos, habían bebido una botella de vino por cabeza, mezclada con narcóticos, y que el acusado es consumidor habitual de drogas.

Por último, también hay que tener en cuenta que el pene le fue reimplantado y, según ha declarado la propia víctima ante la jueza, funciona bien para todas sus funciones, por lo que tampoco sería una lesión con pérdida de miembro principal, que agravaría la pena.

En suma, que la pena a la que podría enfrentarse Aarón Jonás B. M. si llega a juicio sería considerablemente menor a la que afrontaba en un principio, con lo que la prisión provisional ya no estaría justificada. Así lo ha considerado también la jueza, que ha acordado la libertad provisional por esta causa para el investigado.