El joven que el pasado mes de noviembre fue abatido a tiros en el zaragozano barrio de El Gancho por los agentes de la Policía Nacional tras amenazarles con un arma de fuego acaba de denunciarles. Niega que esgrimiera su revólver con esa intención y les acusa por un delito de lesiones.

Ante tal circunstancia el Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza acaba de abrir diligencias previas. La abogada del joven que se encuentra en prisión provisional por estos hechos, Carmen Sánchez Herrero, relata en la denuncia una actuación policial muy diferente a la señalada de manera oficial. Destaca que eran sobre las 17.00 horas cuando una patrulla le paró en la vía pública al tiempo que le solicitaban la documentación y él le entregó su pasaporte de Mali.

«Los policías me preguntaron sí tenía entre mis pertenencias algún efecto que me pudiera comprometer y les contesté que sí, sacando mi revolver plateado del bolsillo con la finalidad de entregárselo a los agentes, pero ellos respondieron con sus pistolas reglamentarias», asevera, mientras apunta que la pareja de agentes retrocedieron sus posiciones.

Una situación que, según señala, le generó «presión». «Estaban apuntándome con sus armas y salí con el paso acelerado», recuerda.

Fue en la confluencia de la calle Cerezo con Boggiero cuando se encontró a otros dos policías que estaban en su vehículo y que al ver que todavía tenía la pistola en la mano «sacaron también sus armas reglamentarias». «Tras insistir en que les entregara el arma, procedí a intentar entregársela, pero fue entonces cuando empezaron a dispararme», lamenta.

En la denuncia ante el juzgado señala a un agente con su número de placa al que le responsabiliza de realizar ocho disparos. «Alguno de esos disparos impacto en mi pierna, lo que provocó que me tambaleara hacia delante y fue entonces cuando el segundo Policía, empezó a disparar, realizando un total de 12 disparos, nada más y nada menos», añade.

Concluye su relato afirmando que zigzagueó por la calle Boggiero intentando huir de los disparos hasta que cayó al suelo. Como consecuencia de dichos disparos tuvo dos heridas de bala, una en cada pierna y estuvo ingresado en el hospital Miguel Servet de Zaragoza. Le realizaron las pruebas del covid-19 y dio positivo.

Una versión en la que se habla de desproporcionalidad muy diferente a la que destacan los agentes, quienes fueron comisionados por la sala del 091. Habían llamado para alertar que esta persona llevaba una pistola en la mano y que incluso amenazó a varios viandantes. Inmediatamente se pusieron en marcha varias patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que le pidieron que se identificara y este reaccionó, al parecer, encañonándoles. De aquella actuación hubo muchas grabaciones de teléfono móvil que serán fundamentales para aclarar los hechos.