Los jóvenes aragoneses cada vez apuestan menos por el sector de la construcción. El desplome de la edificación y de la obra pública durante los años más duros de la crisis ha abierto una brecha entre la actividad y los trabajadores de menor edad, que ya no lo ven como un sector de futuro. «Temen que pueda venir otra crisis que se lleve por delante miles de empleos, además de que es una profesión más dura que otras», explica el gerente de la Fundación Laboral de la Construcción en Aragón, Vicente Lafuente, que apunta que antes muchos jóvenes accedían al sector a través de sus padres.

Todo ello ha provocado que el relevo generacional en una actividad que representa el 6% del PIB regional «no esté asegurado». La citada fundación formó el año pasado a un total de 3.600 alumnos y solo «el 15%» tenía menos de 30 años, lamenta Lafuente. «El porcentaje es claramente insuficiente; los oficiales de 55 años que hay ahora en las obras se jubilarán en diez años y como no hagamos algo no tendremos mano de obra cualificada en el sector», advierte.

Así, las empresas de la comunidad afrontan el reto de atraer a una mano de obra juvenil cada vez más alejada. «Ahora la profesión ya no es tan penosa como antes porque cada vez está más industrializada», señala el gerente de la fundación, que este 2019 acaba de cumplir 25 años.

Las estadísticas avalan la apuesta por este sector, ya que el índice de inserción laboral de sus alumnos, una vez finalizados los estudios, fue del 95% en el 2018. El perfil del trabajador que se formó en la Fundación el pasado ejercicio es muy similar al de años anteriores. Se trata de un hombre (92%), de entre 36 y 45 años de edad (30%) y ocupado (70% del total). Asimismo, el porcentaje de alumnos extranjeros se situó en cifras muy similares a las del 2017: un 16,5%.

Que la actividad sepa atraer a jóvenes se antoja también fundamental para mejorar la cualificación del sector. Con todo, cabe destacar que la actividad solo ha recuperado en Aragón la mitad del empleo que destruyó en la crisis. «La buena marcha que se estaba registrando en los últimos años se está ralentizando; confiamos en que no se produzca un freno importante, aunque las cifras de antes de la crisis no las volveremos a ver», sostiene Lafuente, que recuerda que la fundación surgió fruto de un diálogo social «ejemplar» entre la patronal y los sindicatos del sector. R. l. m.