--¿Cómo ha funcionado el experimento político de formar Gobierno entre PSOE y CHA?--Ya hace muchos meses que la relación CHA-PSOE funciona como un reloj. Hubo diferencias importantes con los impuestos, con la restricción del gasto, pero hacer juntos ese trabajo ha reforzado la alianza. Habrá que hacer un segundo año de ajustes, pero después iremos más desahogados.

--¿Y la presencia a medio camino del PAR, que se ha retirado?--Yo quería que formara parte del Gobierno, y mi socio, la CHA, no. Al final se pactó una fórmula intermedia, que tuvieran delegaciones sin estar en el Gobierno, que ha planteado dificultades. Es perfectamente explicable la decisión del PAR de pasar a la oposición, pero querría que volviera.

--Ha habido cambios también en el equipo de su propio partido ¿cuál ha sido su motivación?--El cambio fundamental fue encargar la coordinación de las áreas a mi primer teniente de alcalde, porque ese aspecto no funcionaba. Le liberé de Servicios Públicos, y se nota la mejora. Lo demás fueron ajustes de matiz.

--El interesado, Carlos Pérez, parece que no estaba de acuerdo.--Yo creo que está completamente de acuerdo.

--¿Esta acomodación del equipo es definitiva?--Sí. Salvo las delegaciones que he adjudicado en espera de que vuelva el PAR. Todos esos ajustes e inquietudes políticas no han impedido la gestión; en un año hemos hecho más que el PP en ocho. Al PP le llevábamos 1,3 puntos en las elecciones municipales, y en las europeas, ya casi seis.

--Dice el PP que muchos de sus logros se los dejaron preparados.--Siempre hay una continuidad, pero quien ejecuta el proyecto es quien ha elegido ese entre otros para sus presupuestos.

--La ley de Grandes Ciudades ha sido clave este año. ¿Qué opina de las críticas a este cambio?--La ley la hace el PP y en Zaragoza quien la elogia es el alcalde del PSOE. Ningún Gobierno eficaz funciona con la estructura arcaica municipal, que bloquea y dificulta la gestión. No me imagino a Iglesias invitando al Gobierno aragonés a Gustavo Alcalde, o a Zapatero pidiéndole a Rajoy que haga de ministro de Exteriores. Pretender que la oposición gobierne carece de lógica. Hay que hacer de un Gobierno municipal un gobierno normal.

--¿No era más necesaria una ley de financiación?--Más no, pero casi tanto. Hasta ahora, el Estado sólo ha atendido a la negociación de financiación autonómica, y los municipios han quedado postergados. Ha habido mala gestión en estos últimos ocho años, pero una parte importante de la deuda viene de cubrir necesidades que no son nuestra competencia.

--¿Será necesario subir otra vez los impuestos por encima del IPC?--Sin duda. Se mantendrá en los mismos términos que este año. Y, sin embargo, el tercer y cuarto año no habrá subida. Creo que con el incremento podremos estabilizar el gasto corriente; es decir, que con lo que ingresas cubras lo que gastes.

--¿El bolsillo del ciudadano tiene que asumir la estabilización?--No puede hacerse de otra manera. Para decirlo con claridad: no estamos hablando de la hipoteca del piso, sino de la cuenta corriente. No puede ser que cada mes aumenten los números rojos. Nos ha tocado a nosotros equilibrar esto, pues mala pata, porque llevan diez años de una política ficticia, de no subir los impuestos y multiplicar el gasto.

--¿Y lo gastos extra?--Si son infraestructuras, puedes acudir a incrementar la deuda. Lo que no puedes es embarcarte en deuda, como lo han hecho, para cubrir gasto corriente; es un dislate. A partir de ahí, hace falta colaboración de la DGA, de las empresas, y una gestión más razonable.Pasa a la página siguiente