El juego del balón se ha convertido en un asunto conflictivo en La Almunia de Doña Godina. El ayuntamiento, en manos del PP, ha elaborado una ordenanza para regular esta actividad en calles y plazas que ha provocado un alud de alegaciones (unas 2.500) y la oposición frontal a algunos de sus artículos por parte de Chunta.

La norma prohíbe a los mayores de 7 años jugar a la pelota en la vía pública y en los jardines o parques que no dispongan de una zona acotada para tal fin. En cambio, quienes no alcancen esa edad podrán hacerlo siempre que vayan acompañados de sus padres o tutores y no molesten al resto de los viandantes ni dañen el mobiliario público y privado.

Sin embargo, Chunta, que ha recurrido al Justicia, considera que ese artículo es "arbitrario y absurdo", en palabras de Juan José Moreno, concejal de la formación nacionalista. "No tiene sentido prohibir el juego en general, sino que se debería ceñir a las situaciones en las que se causan molestias al resto de usuarios y daños en el mobiliario público", subraya.

"Lo que se intenta evitar con esta ordenanza es que puedan recibir un balonazo en la cara las personas que caminan por la calle o están sentadas en bancos o en las terrazas de los bares", mantiene Victoriano Herraiz, alcalde de La Almunia.

"Ha habido problemas por estas causa y recibimos quejas todos los días", añade el responsable municipal, que asegura que no es raro ver a grupos de muchachos jugando con una pelota en el centro de la localidad y utilizando la puerta del ayuntamiento como portería.

En su opinión, los aficionados a jugar al balón deberían hacerlo en las zonas deportivas municipales o en los espacios específicos que existen en algunas plazas y parques.

Para Chunta, en cambio, "no tiene sentido que se prohíba un juego tan básico, social y generalizado en cualquier municipio" y hace hincapié en que "no existe ningún caso documentado de situaciones problemáticas o con consencuencias graves" en relación con el fútbol callejero. Además, según Moreno, el equipo de gobierno no ha tenido en cuenta las alegaciones presentadas. Herraiz explica que las alegaciones van a ser objeto de estudio, pero que su número es tan elevado que se corre el peligro de que esta tarea bloquee el funcionamiento de la administración durante algún tiempo.

La normativa prohibía inicialmente la circulación de monopatines, patines y triciclos, pero luego se suavizó para permitir su uso, con la condición de que quien use estos vehículos no rebase la velocidad de un peatón.