Cristinel Ionel Surca trató de suicidarse con el mismo cuchillo con el que asestó mortalmente seis puñaladas a su expareja sentimental, Alexandra Rodica. Lo hizo delante del hijo de ambos, de 5 años, en un punto de encuentro familiar de la capital aragonesa. Una voluntad, la de quitarse la vida, que ha sido tomada en cuenta por la Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza para imponerle 20 años de prisión, frente a la condena máxima de 25 años a la que se enfrentaba. Asimismo, le añaden otro año más de privación de libertad como autor de un delito de quebrantamiento de condena, ya que incumplió la orden de alejamiento que pesaba sobre él.

El magistrado presidente del jurado popular, Juan Alberto Belloch, explica en su sentencia que «el tribunal entiende que dada la conducta autodestructiva del procesado y su estado emocional procede imponer la pena en su extensión mínimas, esto es, 20 años y un día de cárcel».

SIN PATRIA POTESTAD

Junto con la condena de prisión, la Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza le impone la prohibición de aproximarse al menor, de 5 años, a los padres de la víctima y al hermano de esta por un periodo de 25 años, a menos de 800 metros. Tanto a sus domicilios, puestos de trabajo, como a la escuela del niño. Tampoco podrá comunicarse con ellos de ninguna forma. Asimismo, acuerdan la suspensión del ejercicio de la patria potestad.

Como responsable civil del crimen machista llevado a cabo, indemnizará a su hijo por el asesinato de su madre, Alexandra Rodica, con 150.000 euros; a los padres de la misma con 75.000 euros y al hermano con 25.000 euros. Asimismo, es condenado a pagar las costas de la acusación particular, ejercida por la abogada Carmen Romeo, y del abogado de la comunidad autónoma.

En el veredicto del jurado, leído la semana pasada, los nueve miembros del mismo (conformado por siete hombres y dos mujeres) resaltaron que la causa del asesinato fue la «irritación del procesado provenía de la decisión de Alexandra de cortar su relación de pareja». Fruto de ello, el día de los hechos, un 10 de agosto del 2016, decidió ir a la tienda Tiger, muy cerca del lugar del crimen, donde compró un juego de cuchillos y unas bolsas para ocultarlos. Con ellos fue al lugar de los hechos, sobre 16.50 horas y esperó dentro del portal hasta las 17.00 horas, momento en el que llegó Alexandra con el niño de 5 años.

En un momento determinado, sin que la víctima pudiera preverlo, ni opción de defenderse, el acusado dejó de discutir, sacó un cuchillo de tamaño medio y le dio varias puñaladas, tres de ellas letales. Alexandra trató de salir del portal del inmueble con la intención de evitar que el inculpado siguiera acuchillándola y para pedir ayuda, si bien en su huida llegó a sufrir un navajazo por la espalda».

VIOLENCIA

El tribunal popular destacó en su veredicto «la gran fuerza que utilizó» puesto que llegó a romperle las costillas. A ello añadieron que la víctima, según los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), «no pudo defenderse, puesto que no apreciaron ninguna herida de defensa, lo que sugiere que el acometimiento con el cuchillo fue inesperado y sorpresivo, sin que, por tanto, la víctima pudiera idear ninguna forma de repeler las cuchilladas, salvo salir corriendo».

Como consecuencia de todo ello, Alexandra cayó desplomada delante del portal. No murió en el instante gracias a la rápida actuación de los clientes de un bar próximo, quienes rápidamente le asistieron y taponaron las heridas hasta la llegada de los sanitarios. La causa de la muerte fue una parada cardiorespiratoria a partir de un shock hemorrágico sufrido, doce horas después, en el hospital Clínico Lozano Blesa.

Esta sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA). El acusado tiene el deseo de cumplir pena en Rumanía.