El magistrado del Juzgado de Violencia contra la Mujer número 2 de Zaragoza, José Luis Martínez, ha dado por cerrada la investigación sobre la muerte y el posterior decuartizamiento de Vanessa Barrado, una parte de los restos de cuyo cadáver fueron hallados por dos agricultores en una chopera de Cadrete el 27 de octubre del 2012.

En la causa están imputados su compañero sentimental y padre de su hija, Cristóbal M. M., y los tres hermanos de este, Miguel, Manolo y Jéssica. Las investigaciones del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía señalan al primero, el único de ellos que continúa en prisión, como el presunto autor material del crimen, perpetrado, según reveló la autopsia, de una manera atroz: el asesino degolló a la joven con tal fuerza que el cuchillo dejó marca en una vértebra cervical.

El juez ha emitido dos autos en los que concluye que "resulta verosímil la imputación" de los cuatro hermanos por los delitos de "homicidio/asesinato y encubrimiento", ya que "los hechos (investigados) revisten por ahora, y sin perjuicio de interior calificación, los carácteres" de esas infracciones penales.

ESTAFA El magistrado deja fuera de la causa el presunto delito de estafa que la Policía imputaba inicialmente a Cristóbal y a Miguel por haber efectuado varias extracciones con la tarjeta de Vanessa después de que esta hubiera fallecido.

En los autos en los que ha resuelto las distintas peticiones de libertad de los imputados, el instructor ha ido perfilando estos papeles en el crimen: Cristóbal aparece como el presunto autor material del crimen, una vez cometido el cual se habría deshecho del cadáver de la joven descuartizándolo y ocultando sus restos con la ayuda de Miguel, que se enfrentaría únicamente a un delito de encubrimiento de difícil imputación por tratarse de un hermano.

A Jéssica, por su parte, la perfila como supuesta autora de un delito de encubrimiento económico por haber ayudado al primero a beneficiarse materialmente de la muerte de Vanessa al vender varias de sus joyas en establecimientos de compro oro de Zaragoza. La joven ha sostenido desde el día de su detención que accedió a efectuar esas transacciones bajo las amenazas de Cristóbal, al cual temía por su carácter violento.

MANOLO Manolo, por su parte, residía con Cristóbal, Vanessa y la hija de ambos en la casa de Cadrete en la que la investigación sitúa tanto el crimen como el posterior descuartizamiento de la víctima. Él mismo admitió que esa noche, al presenciar una violenta discusión entre su hermano y su cuñada, optó por llevarse a la niña a su habitación y después, según aseguró, no volvió a saber nada de la mujer.

Los autos del instructor lo señalan como presunto encubridor de Cristóbal, con lo que afrontaría el mismo horizonte penal que Miguel. No obstante, las acusaciones particulares que ejercen, por separado, la madre y el padre de Vanessa, sospechan que pudo haber tenido alguna participación, quizás por omisión, en el crimen.

El juez ha citado a los imputados el próximo 13 de marzo para celebrar la comparecencia que la Ley del Jurado prevé para que las acusaciones especifiquen qué cargos van a presentar y tanto ellas como las defensas soliciten las últimas pruebas.