Las farmacias clausuradas por la Guardia Civil en Aguilón y Cariñena, en Zaragoza, y Peñarroya de Tastavins, en Teruel, continuarán cerradas por orden judicial. La Guardia Civil cerró las boticas el pasado viernes en el marco de una investigación que continúa la que se destapó el pasado mes de mayo con la detención de la farmacéutica de Palomar de Arroyos por un fraude en la venta de medicamentos.

La farmacia de Monroyo, en Teruel, precintada también el pasado viernes, ya no estaría afectada por el cierre, según las mismas fuentes, por lo que el Gobierno de Aragón está a la espera de saber si la titular se va a incorporar para reordenar o no el servicio.

Sanidad ha habilitado vinculaciones provisionales con otras farmacias para que den servicio a las localidades afectadas. Así, Aguilón se abastecerá desde la botica de Villanueva de Huerva y Cariñena desde Aguarón, mientras que los usuarios que eran atendidos por la farmacia de Peñarroya de Tastavins tendrán servicio desde Valderrobres.

Fuentes del Ejecutivo aseguraron que están trabajando con los ayuntamientos afectados para que se habiliten locales como boticas provisionales que estarían en marcha en las próximas horas.