A la hora de la comida comenzaba en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza el juicio contra el cocinero y presentador televisivo Alberto Chicote, después de que el dueño de un restaurante chino de la capital aragonesa le denunciara por coacciones durante la grabación del programa ¿Te lo vas a comer? El establecimiento acabó cerrando. El popular chef no se hizo ver por la sala de vistas para declararse inocente del delito que se le acusa, aunque ya lo hicieron por él los testigos más imparciales del caso: los tres agentes de la Policía Local que estuvieron presentes y que aseguraron que en ningún momento le vieron presionado al hostelero.

Ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, Mercedes Terrer, los policías recalcaron que había instrucciones previas de que si cualquier dueño o encargado de un establecimiento decía que no quería ser grabado «los periodistas tenían que salir fuera» del local, mientras la inspección de la Unidad de Protección Ambiental y Consumo de la Policía Local continuaba. «Nosotros hacemos este tipo de registros habitualmente porque es una de nuestras tareas, así que la presencia de las cámaras era algo accesorio», matizó otro de los agentes.

El responsable de medios de este cuerpo policial incidió en este punto, aseverando que era un requisito de obligado cumplimiento. «En el caso de que un bar o restaurante dijera que no quería que les grabaran, ellos se marchaban, mis compañeros seguían con el control, a la salida me resumían las infracciones y yo iba a poner cara y voz a lo que había pasado dentro», aseguró este agente, añadiendo que «es la forma de proceder en todos los dispositivos policiales que se realizan con la prensa». «En ningún momento hubo oposición por parte del ahora denunciante», insistió este policía. Un compañero suyo incidió en que los agentes, que iban uniformados, estuvieron todo el tiempo rodeados por tres cámaras, una pértiga de sonido, Chicote y el denunciante y su esposa. «No dijeron nada, su actitud fue la de disculparse, como cuando tenían un bote de cinco kilos de mayonesa sin refrigerar», recalcó. Es más, era el propio Chicote el que «se daba cuenta de las infracciones, nos las marcaba y nosotros comprobábamos».

Una descripción de hechos muy similar realizó el director del programa, producido por Cuarzo y que está en la causa como responsable civil subsidiario. El periodista aseguró que en este tipo de programas «no se va con un permiso previo del establecimiento. Nosotros acompañamos a la Policía y grabamos cómo trabajan, siendo necesario el factor sorpresa», señaló a preguntas de la abogada del denunciante, quien considera que se vulneró la palabra del hostelero que les prohibió traspasar la zona para clientes, así como la ausencia de documento alguno en el que se autorice la grabación.

«Aunque la Policía Local explicó que estábamos grabando, yo estaba allí y también les preguntó si podíamos y no dijeron lo contrario», aseguró, mientras destacaba que Chicote llevaba un micrófono que él escuchaba en tiempo real y «tampoco oí que a él le dijeran nada».

El denunciante dice que sufre ansiedad

El director de ¿Te lo vas a comer? recordó que en aquella jornada grabaron siete restaurantes y bares más en Zaragoza y que no hubo ningún incidente como este. Describió el local como un lugar en el que había «cepillos de dientes en utensilios de comida, unos bloques de mantequilla sobre un billar, una zona en la que había alimentos crudos con cocinados y una olla de comida en un expositor con otros productos».

Muestra de que Chicote contaba con el permiso de los denunciantes es, en opinión de este testigo, que llegó a intercambiar varias conversaciones con ellos como, por ejemplo, cuando vio un enchufe lleno de grasa en la cocina. «Él le dijo que había peligro de que se incendiara y el dueño del restaurante le espetó que lo limpiaba con regularidad, momento en el que a Alberto le salió decirle: no sé cómo manejas tú la regularidad» .

El denunciante aseguró que desde que se grabó el programa ya no ha abierto el restaurante de comida china y que sufre ansiedad. Aseguró que se sintió intimidado y que les dijo que no podían grabar, pero que no le hicieron caso. Su esposa insistió en que se les afirmó que no podían grabar en la zona privada. Lo cierto es que ayer tuvieron que declarar con la ayuda de un intérprete,

Los problemas con el idioma y la presencia policial son para su abogada dos elementos que «intimidaron» a su cliente y por ello solicitó una condena de 480 euros en concepto de multa y 10.000 euros de indemnización. El letrado de Chicote y de Cuarzo pidió la absolución añadiendo que el programa nunca se emitió y que cuando la jueza embargó la grabación de forma cautelar se les sugirió por parte del denunciante el pago de 30.000 euros para poderlo televisar y que no accedieron.