La Audiencia Provincial de Zaragoza celebró ayer la primera sesión del juicio por una presunta estafa de en torno a 600.000 euros con una supuesta venta al por mayor de contenedores importados, que no llegó a dar beneficios. Los magistrados oyeron el testimonio de cuatro de las víctimas aragonesas, pero al estar hospitalizada una de los dos acusados, se fijará una segunda sesión para ellos.