La prisión de Zuera cuenta desde el pasado viernes con un interno más, Igor el Ruso, el autor confeso del asesinato de dos guardias civiles y un ganadero en diciembre del 2017. Una estancia temporal por el juicio que este martes se celebra en la Audiencia Provincial de Teruel y que ha obligado a Instituciones Penitenciarias a aumentar las medidas de seguridad.

Cuatro funcionarios más fueron activados para reforzar la plantilla habitual nocturna de esta cárcel zaragozana. Una situación que responde, tal y como señalan desde el sindicato Acaip, a «la falta de medios y de personal existente en la cárcel, que solo se tiene en cuenta cuando Prisiones quiere curarse en salud ante un preso peligroso como este». Mientras, reconocen que la situación puede agravarse de cara al juicio por el triple crimen, ya que la duración será de, al menos, una semana.

Estos funcionarios recibieron el encargo de seguir cada uno de los pasos de este hombre, que permanece ingresado en el módulo de aislamiento. Bajarán la vigilancia cuando la custodia del mismo recaiga en la Guardia Civil, es decir, cuando abandone el centro penitenciario. El traslado a Teruel lo hará a primera hora del martes en un camión especial del instituto armado en el que irá solo y custodiado por agentes.

Durante estos días en Zuera, cárcel a la que regresó desde Teixeiro (Galicia) donde permanecía ingresado por motivos de seguridad, ha tenido un comportamiento normal, incluso ha hecho uso del patio. Durante sus primeros 138 días como interno, tras su detención, rehusó ver la luz exterior

AFRONTA 23 AÑOS

Igor el Ruso se sienta este martes en el banquillo de los acusados también bajo extremas medidas de seguridad.también bajo extremas medidas de seguridad. La DGA mandó construir una cabina blindada con un coste de 7.000 euros más IVA. Este hombre se adentró en las sierras de Teruel en su huida por unos asesinatos en Italia, donde vivió de robos y hurtos hasta el 5 de diciembre del 2017, día en el que fue sorprendido en el interior de una casa de campo cercana a Albalate del Arzobispo, cuya cerradura había violentado previamente.

El propietario de la casa, al advertir que la cerradura había sido manipulada, pidió al herrero del pueblo que le acompañara, y en el momento de disponerse a entrar en el interior fueron sorprendidos por los disparos efectuados con una pistola. Por estos hechos, Feher afronta 23 años de cárcel. Nueve días más tarde se produjeron los asesinatos de dos guardias civiles y de un ganadero en Andorra.