El ojo hinchado y la cara amoratada fueron la primeras señales de alarma de que Pilar (nombre figurado para proteger a la menor) podría estar sufriendo malos tratos en su casa, en Zaragoza. Se dieron cuenta en el colegio, preguntaron a la madre y ella aseguró que era una simple caída en el suelo. La niña, de tan solo 4 años, no podía contar lo ocurrido con sus palabras porque tiene importantes limitaciones de comunicación verbal y psicomotricidad. Fue en diciembre del 2018. No fue la única agresión que, supuestamente, sufrió por parte de su madre y el novio de esta. Ahora ambos, María Cristina S. C. y Juan José D. T. están a la espera de sentarse en el banquillo de los acusados por un delito de violencia doméstica.

Quienes les acusan son el padre biológico de menor y la abuela materna, representados por los abogados Juan José Espinal y Cristina Remón. El primero solicita cinco años de prisión para ambos, mientras que la otra abogada solo pide cárcel para Juan José D. T., dos años de prisión; y rechaza hacerlo contra la otra encausada porque es su hija. La Fiscalía, por otro lado, considera que deben ser castigados con 18 meses de privación de libertad.

El padre biológico y la ahora acusada están separados y estaba establecido un régimen de visitas. Un día, cuando fue a recogerla al punto de encuentro familiar observó unos hematomas y le preguntó a María Cristina S. C. qué había sucedido y esta le contestó que se había caído de la cama. Posteriormente, cuando estaba bañando a la menor, pudo ver que presentaba diversas moraduras en su cuerpo y algunas calvas en su cabello. La llevó al hospital Clínico Lozano Blesa donde permaneció ingresada.

La niña regresó luego con su madre hasta que en otra ocasión fue a recogerla la abuela materna. Se la entregó Juan José D. T. y ya en casa observó más hematomas. La llevó al consultorio Delicias Norte que le pidieron que fuera al Clínico. Ahí le llegaron a realizar un TAC y los sanitarios observaron lesiones «que pueden estar en relación con calcificaciones secundarias a hematomas crónicos». Analizado por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) la conclusión fue de lesiones graves.

Destaca en la causa un informe del Instituto Aragonés de Servicios Sociales que detalla un encuentro entre la menor y su madre. La trabajadora social describe cómo la niña «dio muestras de miedo intenso al ver que el acusado se encuentra en el hall. La niña se escondió detrás de la educadora a la que le agarró de la mano y temblorosa le verbalizó: «No, no, no». El juicio se celebrará en la Audiencia de Zaragoza.