El ministerio fiscal solicitó ayer en la Audiencia de Zaragoza una condena de cuatro años de prisión para Mario A. S., acusado de un delito de estafa por la venta de obras falsas de los pintores aragoneses Santiago Lagunas y Fermín Aguayo, ambos del grupo Pórtico, y del peruano Oswaldo Guayasamín.

Los hechos juzgados se descubrieron en los primeros meses del 2001, después de que el procesado vendiera en Zaragoza tres cuadros atribuidos al pintor peruano por 18 millones de pesetas (108.000 euros), según el escrito de acusación. Asimismo, vendió a una coleccionista de Madrid otras dos obras de Lagunas y Aguayo por 800.000 (4.800 euros).

Mario A., médico y veterinario de profesión, negó ante el tribunal que hubiera vendido los cuadros de Guayasamín y afirmó que no conocía a la víctima. Aunque reconoció la venta de los otras dos obras en Madrid, señaló que la compradora era una experta en arte y ella misma había tasado el valor de las pinturas. "Desconozco si las obras que ahora dicen que son falsas son las mismas que yo vendí", explicó.

El acusado, que afirmó que tenía una colección de 500 cuadros, "porque soy rico de familia", rechazó que fuera de su propiedad otro cuadro falso de Picasso, Mujer con Minotauro , que la Policía encontró en su domicilio. Sin embargo, admitió que, colgados en su casa, había tres dibujos de Ramón y Cajal, uno de Bayeu y otro de Viola, que también se llevaron los agentes.

El procesado afirmó que estos últimos eran auténticos y acusó a los policías de haberle cambiado la pintura de Viola, regalo del pintor a su familia, por una falsa. "El cuadro no fue puesto a disposición judicial y estuvo en poder de la Policía. El mío no era falso", dijo.

Mario A. ya estuvo implicado en un intento de venta a una galería madrileña de 25 dibujos de Ramón y Cajal presuntamente falsos y que estaban firmados, en contra de la costumbre del científico.

Asimismo, reconoció que había intentado vender dos obras de Saura a graves de una galería de arte zaragozana. "Me los devolvieron porque a la mujer del comprador no le gustaban y eran tan horribles que se los regalé a dos médicos chilenos", declaró, sin admitir la falsedad de los dibujos.

Los abogados de la acusación, José Luis Melguizo y Carmelo Martín, solicitaron condenas de tres y seis años de cárcel, respectivamente. El letrado de la defensa, Miguel Sánchez Zapater, que pidió la absolución, alegó que su cliente no vendió los cuadros de Guayasamín y que no se ha demostrado que los vendidos en Madrid sean los mismos que ahora se reputan como falsos.