El Justicia de Aragón ha formulado al Departamento de Educación una petición para que regule la organización y funcionamiento del servicio de atención educativa domiciliaria. Lo hace a raíz de una queja enviada a la institución procedente de la familia de una alumna de 2º de ESO que fue sometida, en septiembre del año pasado, a un trasplante de médula ósea en el hospital de La Paz de Madrid necesario para la curación de una de las enfermedades raras que padece.

La niña estuvo en ese centro sanitario hasta mediados de octubre recibiendo clases por parte de los profesores que hay allí. Los médicos le dijeron que no podía volver a su centro hasta el último trimestre del curso, abocando a la niña a los equipos de atención domiciliaria existente en Aragón.

La DGA esgrime que la actuación general antes estos casos en la zona rural es la atención por parte de profesorado que está contratado en jornada no completa. «Dada la dificultad para encontrar ese perfil, la auxiliar de conversación del centro inició la atención educativa de la alumna en su domicilio con cinco horas semanales», una frecuencia insuficiente para la familia.