El Justicia de Aragón recomienda al Departamento de Educación de la DGA que en todos los centros públicos, cuando no se pueda suministrar un menú especial en el comedor, «se faciliten los medios de refrigeración y calentamiento adecuados para que pueda conservarse y consumirse el proporcionado por la familia». Así lo establece además la guía de comedores escolares de la comunidad cuando «las condiciones de organización e instalaciones de los centros» no permitan facilitar menús a «alumnos con alergias e intolerancias alimentarias diagnosticadas por especialistas y que aporten certificado médico».

Esta sugerencia se produce tras recibir la queja de una madre de «una niña de 4 años, celíaca y con alergia a las proteínas de la leche» que había solicitado la posibilidad de que su hija comiese esporádicamente en el comedor del colegio «si por circunstancias laborales o familiares tuviera que dejarla un día a comer».

Desde el centro se le respondió que tienen contratado el servicio de cátering a una empresa exterior y «dada la dieta tan especial que ella necesitaba», al no estar programada con antelación, la única solución sería «o que algún otro niño celíaco faltara ese día o que el colegio llamaría a la empresa de cátering» para saber si las comidas previstas para esa jornada se ajustaban a las necesidades de la niña. La madre propuso entonces «llevar la comida de casa en un tupper asumiendo por supuesto pagar ese día el comedor», pero también recibió negativa del centro, según consta en el informe.

La legislación vigente permite utilizar el servicio de comedor por periodos inferiores, siempre que se informe con antelación, pero en este caso, al tratarse de una niña con alimentación especial, quedaría «discriminada» pues no hay tiempo material de preparar un menú especial de 9 a 12.30 horas. Por todo ello, el Justicia propone como solución la misma que sugirió la madre: llevar la comida preparada desde casa pero contar con las garantías de conservación y calentamiento.