La Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a una mujer que, en marzo del 2016, intentó asfixiar a su hijo de 5 años, tras ingerir media botella de brandy y diversas pastillas de diazepam y deprax. Ante los magistrados, María Pilar S. L., dijo «no acordarse de nada».

Este hecho, que pudo acabar de forma trágica si no llega a intervenir el padre, se enmarca en el cuadro psicótico que sufrió la encausada, que actualmente está siendo tratada. Un estado de salud en el que se basó inicialmente la Fiscalía para pedir que fuera internada en un centro mental durante 15 años. Sin embargo, tras escuchar el informe de las psiquiatras, que destacaron que la mujer puede estar bajo control si toma la medicación, el representante del ministerio público pidió sustituir esa pena por tratamiento ambulatorio, además de evitar que se acerque a sus hijos. Ella pidió volver a verlos. El tribunal decidirá.