La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a puerta cerrada a L. C. A. D., un hombre de 37 años acusado de abusar hace dos de su sobrina carnal, cuando la niña tenía cinco años. El acusado lo negó todo.

Tanto la Fiscalía como los padres de la menor, representados por la letrada Carmina Mayor, piden para él once años y medio de prisión, cinco por un delito continuado de abusos sexuales --por besarla en la boca y chuparle la oreja-- y seis y medio por tentativa de agresión sexual, ya que el tío intentó, presuntamente, que su sobrina le practicase una felación. Al negarse, volvió a intentarlo untándose el pene con nata, pero la niña siguió negándose porque le daba "asco", al ser "por donde sale el pis", según explicó.

La familia descubrió los abusos porque la niña comenzó a besarse en la boca con su hermano, y al recriminárselo sus padres diciendo que no hiciese "guarradas", explicó espontáneamente, que para "guarradas" las que le hacía su tío, que también la besaba. Luego contó a sus padres que le chupaba la oreja, y que no le gustaba.

Finalmente, les narró el episodio del intento de que le practicase una felación en su casa. También recordó cómo, tras negarse, le dio unas galletas y le pidió que no les dijese nada de eso a sus padres, porque se enfadarían.

Los forenses que analizaron a la niña dieron total credibilidad a su testimonio, en el que se ha mantenido firme durante el proceso. También destacaron que no albergaba ningún resentimiento contra él, dada su corta edad.

El acusado, defendido por Gerardo Benítez Segura, negó los hechos. Admitió que la subió a casa y le dio galleta, pero no que la intentase forzar. Aseguró que no le chupaba la oreja, sino que se la soplaba, cariñosamente.