El Juzgado de Primera Instancia nº 1 de Barbastro (Huesca) encargado de juzgar la reclamación de devolución de los bienes histórico-artísticos de las parroquias aragonesas ha descartado requerir al Obispado de Lérida una traducción de los documentos solicitados desde la Diócesis de Barbastro como prueba.

En una providencia emitida a raíz de la petición formulada por la representación legal de la diócesis altoaragonesa de instar a Lérida a traducir los documentos requeridos, el magistrado considera que "no ha lugar" a la reclamación, aunque faculta a los demandantes a aportar una traducción privada para la valoración de la prueba.

Desde el equipo jurídico que representa al obispado de Barbastro-Monzón han expresado su "respeto" a una decisión que no comparten, pero han agregado que la traducción a aportar recogerá "estrictamente los párrafos" que les interesan "para el procedimiento".

Han destacado, además, que los párrafos de los referidos documentos, redactados en catalán e italiano, que no interesan para la reclamación "no serán traducidos y, por lo tanto, no tendrán validez jurídica alguna".

Esta decisión se produce días después de la presentación por parte del Obispado de Lérida de un escrito de alegaciones al Juzgado de Primera Instancia de Barbastro que defendía el uso del catalán en el litigio al entender que es una lengua "oficial" en Aragón.

La Diócesis catalana consideraba, además, no "acertado ni válido en derecho" el término "Lérida" utilizado por el Obispado aragonés en sustitución de Lleida, por lo que instaba a los demandantes a utilizar este último topónimo.

Tras las numerosas críticas recibidas en relación a estos planteamientos, el obispo de Lérida, Salvador Giménez Valls, ha hecho pública este jueves una carta en la que asegura que no ha reclamado en ningún momento el uso del catalán como lengua oficial en Aragón.

"Son afirmaciones exageradas y desmedidas que nacen de la respuesta escrita de los letrados de Lleida al señor juez, siguiendo las normas procesales al tener que presentar aquellos documentos originales pedidos por los abogados de Barbastro.

Añade, en relación a la "avalancha de descalificaciones e insultos" dirigidos contra su persona, que no ha hablado "nunca nada sobre este tema" que, por otra parte, no le concierne ni tiene "ninguna competencia".

Concluye el prelado expresando su deseo de evitar "insultos y agravios" a su labor eclesial, pero también reclamando "respeto" al ejercicio de su derecho a la defensa, como cualquier ciudadano o institución, ante una demanda presentada contra ellos "por los abogados de la Diócesis de Barbastro".