Tres años después de que una zaragozana y sus dos hijos de 5 y 9 años se llevaran un tremendo susto después del incendio intencionado de su vivienda del barrio de Torrero, la Audiencia Provincial de Zaragoza celebró este lunes el juicio contra el sospechoso, Manuel O. L., el ex de la víctima. En una vista oral celebrada a puerta cerrada, este hombre, que afronta 29 años de prisión, rechazó la autoría.

El encausado señaló ante los magistrados, según fuentes judiciales consultadas, que él había ido «a la plaza de las chinitas a pillar» cuando vio que la vivienda de su expareja estaba ardiendo. Aseguró que no se acercó puesto que tenía en vigor una orden de alejamiento después de que fuera condenado por agredirla días antes. Los hechos ocurrieron a las 3.45 horas.

Para el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón no hay duda de que lo provocó Manuel O. L. puesto que así lo hizo saber a familiares y amigos a través de mensajes de telefonía móvil. Los agentes recuperaron afirmaciones tales como «la he quemado viva», «he ido y le he echado bolas de parobal encendidas» o «la vida de sus hijos no me interesa». Sobre ello, este hombre explicó, a preguntas de su letrado Óscar Espinosa, que lo hizo para fanfarronear, pero que no hay nada más detrás de ello. Manuel O. L. rechazó responder a las preguntas de la Fiscalía y de la abogada de la acusación particular, Laura Vela Sevilla.

La víctima, por su parte, relató todo un infierno de relación este hombre con continuas rupturas sentimentales. Señaló que le insultaba constantemente y que controlaba todos sus movimiento.

Esta mujer incidió en que el incendio se produjo después de que tras una discusión ella le dijo que ya no iban a volver, que la relación estaba rota. También explicó, visiblemente emocionada, que en alguna ocasión le había tirado piedras con la ventana. Una forma de actuar muy similar a la empleada, según la investigación, la noche de autos cuando se lanzaron unas pastillas de fósforo encendidas, aprovechando que la ventana del salón estaba abierta.

Durante la vista oral, el hombre que dormía junto a la víctima aquella madrugada aseguró que no pudo ser ningún accidente con una colilla, porque nunca fuman en esa zona. También destacó la mala relación de la víctima con el encausado.

El juicio está previsto dure cuatro días ante la gran cantidad de testigos. Ayer fue el turno de amigos y familiares del encausado, quienes habían borrado los mensajes incriminatarios porque, según señalaron, es su forma ordenada de proceder pero no para eliminar pruebas. Todos ellos arremetieron contra la víctima, siendo alguno de ellos llamados al orden por el tribunal provincial porque lo que no estaba en cuestión era la integridad de la mujer.

Los vecinos del bloque en el que vivía esta mujer afirmaron que en ningún momento habían tenido un conflicto con ella. Este martes sigue con informes policiales.