Josué Vinicio Morales Burbano regresó ayer al banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza para responder por la supuesta violación de la amiga de su mujer, que cometió el año pasado. Ese mismo tribunal le impuso dos años de prisión por abusar de una niña de 10 años. Este vecino de la capital aragonesa, nacido en Quito, está en libertad, si bien no puede acercarse a menos de cien metros de la menor por la que fue condenado.

Ante los magistrados de la Sección Sexta de la Audiencia de Zaragoza, este hombre de 54 años se acogió a su derecho a no declarar. Quien sí relató los hechos, con nerviosismo y detrás de un biombo para proteger su identidad fue su víctima. Esta joven, que actualmente tiene 18 años pero que en el momento de los hechos que ella misma denunció tenía 17, aseguró que el acusado se había aprovechado de ella.

Fue, según relató, en la vivienda de Josué Vinicio Morales Burbano. Allí acudió la víctima acompañada de la esposa del encausado, con la que estaba de fiesta y que le ofreció dormir en su domicilio para que no fuera sola por la calle a altas horas de la madrugada. «Nos fuimos a dormir, yo estaba en la misma cama y de repente me desperté por el peso, estaba él encima», señaló.

La mujer afirmó que le tapó la boca para evitar que le escucharan gritar y que le penetró. «Cuando fui a despertar a la mujer, él se fue corriendo al baño, no entendía nada», afirmó, mientras lamentaba que la esposa del encausado no le creyó, a pesar de que le señaló las marcas que le produjo Josué Vinicio Morales Burbano durante la supuesta violación.

DESCRÉDITO / Ante esa actitud, la víctima decidió acudir al hospital para denunciar lo ocurrido. Gracias a que no se lavó y acudió inmediatamente, los forenses pudieron detectar ADN del acusado en el interior y exterior de su vagina. Todo ello, a pesar de que no había llegado a eyacular.

Una evidencia que llevó a la Fiscalía y a la acusación particular a solicitar una condena entre 8 y 13 años y medio de prisión, si bien la defensa pidió la libre absolución. No obstante, propuso al tribunal provincial que, en caso de que consideren que es culpable, tengan en cuenta que había consumido gran cantidad de alcohol aquella noche, de cara a atenuar la pena.

Una circunstancia que la Audiencia de Zaragoza ya tuvo en cuenta en el 2016, cuando le condenó a dos años por abusar de una menor. El acusado aprovechó que una amiga de su hijo de 9 años se quedaba en casa a dormir para manosearla. No fue a más porque la mujer del procesado entró en la habitación. Él aseguró que estaba arropando a los dos niños.