El Juzgado de lo Penal número 8 de Zaragoza juzgó ayer a un joven al que la Fiscalía acusaba de allanar la morada de su expareja para intentar retomar la relación. Lo hizo trepando por una tubería. Se enfrentaba a un año de prisión, otros dos de prohibición de tenencia ilícita de armas y cinco de no poder acercarse ni comunicarse con la joven.

Ante la magistrada el encausado admitió los hechos, lo que hizo que la Fiscalía y su abogada defensora, Cristina Remón, pudieran alcanzar un acuerdo que conllevó una importante rebaja de la pena que afrontaba inicialmente. Hasta la fecha tenía varias condenas por conducir bajo la influencia de las drogas y de bebidas alcohólicas. Finalmente, aceptó realizar 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

El procesado, David Ramos, y una joven habían mantenido una relación que se extinguió a mediados del 2014. Sobre las 04.00 horas del 27 de julio del 2015, el encausado, actuando con el propósito de coaccionar a su excompañera y con la intención de reanudar una relación que estaba rota decidió ir al domicilio de la misma. Durante media hora estuvo llamando al portero automático, si bien no contestaba.

Ante ello, David Ramos decidió subir al segundo piso trepando por una conducción del gas colocada en el exterior de la casa hasta que llegó al balcón y entró al interior de la vivienda, gracias a que la puerta estaba abierta.

Una vez dentro del piso, se dirigió hacia la habitación de la joven, siendo interceptado en el pasillo por otro hombre que vivía en la vivienda. Logró sacarlo hasta el descansillo de la escalera a empujones. Mientras el encausado gritaba que era su novia y que había ido porque «quería estar con ella». El testigos destacó que Ramos podría haber actuado bajo los efectos del alcohol porque tenía «los ojos vidriosos». Como consecuencia del forcejeo, este hombre sufrió lesiones en la muñeca por las que Ramos se comprometió a pagarle 300 euros a la víctima.