Este año no ha sido ni los preparativos para un viaje largo ni la puesta a punto antes de las vacaciones. La pandemia del coronavirus obligó a los ciudadanos a permanecer confinados en sus domicilios durante casi tres meses y, por tanto, a no utilizar sus vehículos. Algunos se libraron, quienes por sus condición de trabajadores esenciales, tenían que moverse a diario para acudir y fichar en el trabajo. Pero fueron una minoría y, de hecho, numerosos talleres se vieron abocados a hacer un ERTE o cerrar durante demasiadas semanas. Mientras, esos vehículos sufrían los desperfectos típicos del desuso, sobre todo en los neumáticos o el estado del aceite. Y con la reapertura de ellos, afloran todos.

La vuelta progresiva en mayo de las ITV, que tantos quebraderos de cabeza provocan en los conductores, se han traducido en largas colas en los talleres a la búsqueda de la pegatina que dé cierta tranquilidad como mínimo un año más. La DGA afirma que las filas en las estaciones se estaban «resolviendo», pero el tapón para pasar la inspección también ha sido importante.

Reparaciones atípicas

Muchas de las revisiones que se han realizado en los talleres zaragozanos han sido por motivo de una inspección técnica fallida o porque la cita está próxima. Además, porque «no han sacado el coche en tres meses o se cambian los neumáticos porque no lo pudieron hacer en marzo», manifiesta la Asociación de Talleres de Reparación de Vehículos de Zaragoza (Atarvez).

No es extraño que los neumáticos se desgasten con el desuso, aparezcan los típicos fallos en las revisiones que te obligan a pasar por el pit lane mecánico o se tenga que cambiar la batería, que es una de las actividades que más ha crecido en los talleres españoles, un 30%, según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam).

Con la llegada del verano, comienzan los periodos vacacionales y la gente decide poner rumbo a la playa o a la montaña. Quizás este año, en las actuales circunstancias, los viajes al extranjero se reduzcan, pero en cualquier caso el uso del vehículo se antoja imprescindible en la época del estío.

Sin embargo, este verano va a ser muy diferente, al menos en cuanto a los talleres se refiere. «Han cambiado las campañas de verano», expresaban desde Atarvez. Si bien la costumbre de los clientes hasta ahora era frecuentar los talleres antes de marchar de vacaciones para realizar el chequeo pertinente, la realidad hoy día es otra y está marcada por superar con éxito una ITV que va «con cierto atasco y eso hace que los vehículos que tengan la revisión pendiente van a goteo», añade la asociación.

Desde Ganvam también coinciden con la opinión que manifiestan desde Zaragoza. De hecho, advierten de que se han incrementado en un 20% las operaciones relacionadas con las revisiones pre-ITV. Asimismo, desde la organización hacen referencia al «cuello de botella» que existe con aquellos usuarios que no pudieron pasarla durante el confinamiento como esa pequeño lastre que está perjudicando al sector mecánico.

Medidas de seguridad

Los talleres zaragozanos fueron considerados como servicio esencial durante el confinamiento y, por tanto, permanecieron abiertos para atender las necesidades de los ciudadanos. En la capital aragonesa se han tomado medidas muy estrictas para velar por le seguridad de trabajadores y clientes, entre otras, los clientes no podían acceder al taller, el uso de la mascarillas era obligatorio, así como el de guantes y gel hidroalcohólico, o las máquinas de ozono a bordo de los vehículos.

Desde la progresiva vuelta a la normalidad, la actividad fue creciendo, como era de esperar, aunque no con «picos de trabajo», señalan desde Atarvez. Aún así, como en estos dos últimos meses las restricciones de movilidad ya se han levantado, los talleres notan que hay más trabajo: «Veníamos de una época en la que no teníamos nada y ahora cualquier cosa es repunte de actividad», apostillan desde la asociación zaragozana. Aunque en España, los de chapa y pintura han notado una caída del trabajo de entre el 30% y el 40%, y los de mecánica entre el 20% y el 30%.