«La solidaridad es de ida y vuelta»

Concha Martínez, voluntaria en la oenegé Acción Solidaria Aragonesa.

Concha Martínez es voluntaria en la oenegé Acción Solidaria Aragonesa y realiza acciones de sensibilización. «La solidaridad y la cooperación es de ida y vuelta, pero la riqueza está aquí, en los países desarrollados, por eso es tan importante», explica.

A través de su entidad desarrollan un programa de soberanía alimentaria en el altiplano de Bolivia, donde colaboran con la Asociación Jaraña, integrada por los campesinos de la zona y que luchan por ser autónomos y producir sus alimentos para no depender de países extranjeros. «Si el ayuntamiento nos deja sin financiación lo que sucederá es que no podremos seguir ayudando a esta gente, que el proyecto se cancelará», advierte Martínez. «Gracias a las ayudas se han construido pozos que no se podrán mantener», prosigue.

Además, tampoco podrán seguir ayudando y empoderando a las mujeres y jóvenes de El Salvador, donde imparten programas de capacitación.

Los socios locales son vitales, destaca, pero no suficientes para poder seguir trabajando para que los habitantes de los países en vías de desarrollo tengan los mismos derechos que los más avanzados.

«No podemos abandonar a la gente»

Toño Ruíz, de Kumara Infancia del Mundo.

Las asociación Kumara Infancia del Mundo, 100% aragonesa, trabaja con jóvenes de Nepal, con niños cuya infancia se ha visto truncada y les proporcionan alojamiento, comida y educación.

Toño Ruíz explica que gracias a las subvenciones públicas construyeron un centro de salud en una zona rural, en Andra Pradesh, que se verá afectado si dejan de recibir la subvención municipal, unos 8.000 euros en el 2020.

Durante los meses más duros de la pandemia repartieron comida por los hogares. «Nos dimos cuenta de que se estaban muriendo de hambre, así que adquirimos lotes de alimentos que a nosotros nos costaban seis euros y ayudamos a muchas familias», explica Ruiz, cuya oenegé también trabaja en la prevención de los embarazos en niñas que están lejos de la mayoría de edad. «Sin fondos las abandonaremos, eso no se puede permitir, nos necesitan», asegura.

Kumara también fue artífice de la construcción de un colegio mixto, algo que no es muy habitual, de viviendas para mujeres viudas o de un internado «que acabará cerrando sin nosotros», advierte.

«La ayuda internacional salva muchas vidas»

Raquel Magaña, de Acción Contra el Hambre.

«La cooperación salva vidas», así de clara se muestra Raquel Magaña, de Acción Contra el Hambre. Gracias a la financiación que reciben del Ayuntamiento de Zaragoza desarrollan un proyecto en el norte de Senegal para facilitar el acceso al agua. Esta zona es una de las más afectadas por la sequía, causada por el cambio climático. También participan en un proyecto similar en Guatemala, donde forman a los jóvenes para que aprendan a construir pozos y proporcionar agua potable a las comunidades de vecinos. Magaña explica que de esta manera les proporcionan agua y, además, fomentan la empleabilidad.

También lleva a cabo programas de sensibilización en España y, en su caso, en Zaragoza. «Es básico que la ciudadanía sea más solidaria para conseguir mayor justicia social, que es lo que se necesita. Para poder ayudar en países en vías de desarrollo primero hace falta un cambio de mentalidad aquí, y las Administraciones son muy importantes», explica en referencia a los recortes que plantea el consistorio en materia de Cooperación. «Los proyectos se verán afectados y también la gente», matiza.

«¿Quién defenderá a los indígenas perseguidos?»

Simeon Híjar, del Comité de Solidaridad Internacionalista.

Desde el Comité de Solidaridad Internacionalista de Zaragoza tratan de proteger a todos aquellos líderes indígenas que luchan por algo tan básico y esencial como son los derechos humanos en Colombia. «Son perseguidos y nosotros les acompañamos, protegemos e incluso traemos a España durante un tiempo, cuando corren peligro», explica Simeón Híjar.

«En Colombia se está produciendo un genocidio contra los líderes indígenas porque son molestos», asegura con cierto malestar por los posibles recortes que se avecinan en materia de Cooperación al Desarrollo en el Ayuntamiento de Zaragoza.

También tiene en marcha otro programas en Palestina, donde tratan de mejorar las relaciones institucionales y, sobre todo, de que lleguen los alimentos y las vacunas contra el coronavirus a Gaza. «Zaragoza está hermana con Palestina, que a muchos se les olvida. No pueden recortar la financiación porque tendremos que renunciar a muchos proyectos que llevamos a cabo y eso tendrá muchas consecuencias porque trabajamos con persona, con vidas, que tienen muchas necesidades básicas», concluye.