-¿Por qué Cabify se ha fijado en Zaragoza?

-Porque hay mercado. Teniendo en cuenta el número de habitantes y el turismo que recibe es perfectamente sostenible que haya diferentes alternativas de movilidad. Lo que pasa es que la regulación te tiene que permitir entrar en ese mercado y para eso tiene que haber autorizaciones suficientes de licencias VTC, que no las hay, y esto ha lastrado o demorado nuestro desembarco.

-En cambio, los taxistas llegaron a pedir que se redujera el número de sus licencias porque no había tanta demanda.

-No es así. Faltan licencias de taxis y de VTC. Esta discusión es uno de los transfondos que hay que sobrepasar de una vez. Los ratios de licencia se han medido de forma equivocada históricamente con la limitación del 1/30 (un VTC por cada 30 taxis) que no aporta nada. Lo que hay que hacer es sumar las autorizaciones de taxis y las de VTC y compararlas con cada 1.000 o 10.000 habitantes y analizar la ratio, que estará sobre el 2% o 3%. Londres o París están en ratios del 12%. La oferta es muy baja y no se puede cubrir con bicis o transporte público.

-¿Mantienen su intención tras conocer el decreto que está preparando la DGA? Este limitará a 15 minutos la precontratación, obligará a los coches a estar aparcados en una zona de estacionamiento y no podrán estar geolocalizados mientras estén parados.

-Sí o sí vendremos este año con una o todas las alternativas de Cabify, ya sea con vehículos sin conductor, taxis, bicis,... Tenemos que estudiar qué encaje tienen y además se tiene que resolver el panorama regulatorio que está generando un grado de incertidumbre enorme. Necesitamos tener más claridad para saber cuándo vendremos, pero lo haremos.

-¿Cómo lo valora?

-Son restricciones como la de Barcelona y Zaragoza va a ser la segunda ciudad en aplicarla. Esto no ha funcionado en ningún lugar del mundo. Imponer una restricción artificial.

-De todos los servicios de Cabify, ¿cuál es la que más posibilidades tiene?

-Lo más inmediato, que es el servicio de VTC, lo vemos complicado en el corto plazo porque es un mercado muy cerrado y quieren poner una regulación hiperrestrictiva que es lamentable. Así que lo haremos con nuestra plataforma de taxis.

-¿Cuándo?

-En el primer semestre del año.

-¿Y su servicio de bicis y motos eléctricas? Ya se sabe que no podrán hacerlo con los patinetes.

-También queremos hacerlo, pero tenemos que estudiarlo.

-¿Qué le parece la actitud de la DGA que está trabajando para blindar la llegada de plataformas tecnológicas?

-Peca de desconocimiento y no están mirando por el ciudadano. Está cediendo a la presión del sector del taxi, que lo que quiere es mantener su monopolio. Me parece que tienen que regular en la dirección contraria.

-¿Solo sucede en España?

-Donde estamos nosotros sí. Se intentó hacer en Francia y fracasó. Es que no tiene ningún sentido. Si una plataforma así ha logrado a través de la tecnología acercarte un vehículo en el menor tiempo posible, que tú fijes una restricción de 15 minutos o una hora no tiene ningún sentido.

-¿Qué restricción les perjudica más?

-Limitar la precontratación. La disponibilidad está por encima de todo, incluso del precio. Uno no va a andar un kilómetro para coger un patinete o un autobús. El tiempo es lo que más vale y cuanto mayor disponibilidad tengas de alternativas mucho mejor para el ciudadano. Es una ley anticonstitucional.

-¿Cederían en alguna?

-Nos parece bien que el coche no circule una vez que ha llevado a la persona a su destino, pero solo si puede aparcar en una zona de concentración o demanda. Lo que no tiene sentido es que te obliguen a hacerlo en un párking subterráneo o retornar a una base. De hecho no hay obligación de tener una base u oficina comercial. La geolocalización es una de las grandes ventajas que tiene la tecnología en este tiempo y quienes tienen competencia para regularla es el Estado, pero no las comunidades autónomas. Las administraciones y el sector del taxi tienen que saber que la movilidad no es suya, es del ciudadano.

-¿Entiende algunas de demandas o miedos del sector del taxi?

-Su principal demanda de fondo es el miedo a que el valor de sus licencias pierda y caiga con el tiempo, lo que ha sucedido en mercados liberalizados donde no hay limitaciones en el número de autorizaciones de VTC. Con el número de licencias actuales es imposible que se pueda seguir creciendo, así que su valor no va a caer. Entendemos que este es su miedo porque las ven como una garantía de jubilización en el día de mañana pero para eso hay soluciones y no por ello hay que limitar el mercado.

-¿Por ejemplo?

-Nosotros hemos propuesto una que consiste en generar una tasa de movilidad variable que aportaríamos las plataformas tecnológicas. Lo recaudado podría destinarse a facilitar esa transición de los modelos tradicionales a los novedosos. Pero se necesitan taxis. Cabify los necesita también para ofrecer distintas alternativas al ciudadano.

-Pero los taxistas no quieren trabajar con Cabify.

-Lo que hay que hacer es promover estas soluciones para que el taxista que quiera tener esta garantía la tenga y la administración se lo tiene que asegurar. No hay que olvidar que una licencia es una inversión que conlleva riesgos. Lo que no se puede hacer es matar la competencía, la innovación y la tecnología.

-¿Las administraciones públicas, con sus decretos, cree que se han posicionado a favor del sector del taxi?

-Claramente sí y es parte del problema, pero el sector del taxi tiene mucho poder y lo ha sabido utilizar con regulaciones retrógadas que no favorecen a nadie, ni a ellos. Y en Aragón, las negociaciones las hecho sin nosotros.