Galardonada con el premio Distinguished Women in Chemistry (Mujer distinguida en Química), María Concepción Gimeno ha sido elegida entre las 12 mejores químicas del mundo. Esta aragonesa, modesta y agradecida, sonríe cuando le dan la enhorabuena por el premio que le han otorgado, que recibirá en julio en Sao Paulo (Brasil), y pide que la llamen Conchita, que es como la conoce todo el mundo en su entorno. Trabaja desde hace 25 años en el Instituto de Investigación de Síntesis Química y Catá- lisis Homogénea (ISQCH), un centro mixto del CSIC y de la Universidad de Zaragoza.

-¿Siempre quiso ser química? -Sí, siempre me gustó la investigación desde pequeña, o sea que mi vocación viene de lejos. Me encantaba investigar y probar cosas nuevas.

-¿Qué le atraía de esta ciencia cuando era pequeña? -Creo que es la curiosidad. Juntar dos cosas y ver qué sale o inventar algo. Tenía vocación por la ciencia desde pequeña y me llamaban mucho la atención los experimentos.

-¿Hacía algún experimento en casa? -Pues no tenía el Quimicefa porque no me llegó en aquel momento, pero siempre me ha gustado y luego lo he regalado porque me encanta que los niños hagan experimentos de química.

-¿Considera la química una profesión vocacional? -Yo creo que sí que lo es, pero en la sociedad, la gente coge a veces lo que más cerca tiene en ese momento. Sin embargo, considero que cualquier profesión tiene que ser vocacional porque si no, no la desarrollas de pleno. En mi caso sí que lo es, y lo que he visto es que la gente que tiene vocación vive de otra manera la investigación. Notas el entusiasmo por hacer cosas nuevas y por descubrir.

-¿Qué significa recibir este galardón a nivel mundial para usted? -La Unión Internacional de Quí- mica Pura y Aplicada (IUPAC) instauró este tipo de premios cada dos años desde 2011 para premiar a las mujeres que destacan por su investigación en quí- mica y en docencia. Esta institución agrupa todos los ámbitos de la química y por tanto, practicamente todas las universidades ycentros de investigación pertenecen a ella.

-¿Lo esperaba? -Bueno, yo sabía que había sido nominada porque como cualquier premio, como por ejemplo el Nobel, te tienen que nominar. Nadie se postula para un premio de estas características. En mi instituto me nominaron y, bueno, fue una sorpresa muy agradable.

-¿Conoce el trabajo de las otras químicas premiadas? -Nos hemos intercambiado correos electrónicos y creemos que es una buena idea juntarnos y poner todo en común. Todas son de distintos ámbitos de la química, a algunas las conozco de nombre pero no a todas porque hay muchas disciplinas. Pero creo que Sao Paulo será una buena ocasión para exponer cada una lo que hace, ponernos en contacto y quizás crear un foro que ayude a las mujeres en general y al desarrollo de la química.

-¿Qué espera de la experiencia del viaje a Brasil para recoger el premio? -Creo que será muy constructivo e instructivo reunirnos todaslas premiadas en una ceremonia donde cada una cuente las investigaciones que está realizando y los motivos por los cuales han recibido el premio. Incluso pueden salir colaboraciones con otros países o con otras científicas.

-Tengo entendido que además de su formación en Zaragoza, también amplió sus conocimientos en el extranjero. ¿Qué le aportó salir a estudiar fuera? -La carrera de investigadora es dura. Si quieres tenerla es necesario hacer experiencias posdoctorales y mejor en el extranjero. La primera la hice en Bristol, en Reino Unido, y allí aprendí, aparte del idioma, otras técnicas, otros laboratorios y conocí a gente muy reputada. Luego hice varias estancias más breves en Alemania para profundizar en distintas técnicas. La experiencia siempre es enriquecedora y yo se lo recomiendo a todo el mundo porque es otra forma de hacer investigación y las universidades no funcionan igual que en España.

-¿Cuáles han sido sus trabajos de mayor relevancia o los que más repercusión han tenido? -Llevo muchos años dedicada al estudio de los compuestos, fundamentalmente de oro y plata, buscando propiedades especiales. Y dentro de esa búsqueda hemos conseguido compuestos emisores de luz en distintos colores que tienen aplicación en los led de hoy. También estoy satisfecha de que podemos diseñar el tipo de compuestos y algunos presentan propiedades médicas. Tenemos antitumorales, antibacterianos e incluso hemos hecho algunos con actividad anti VIH. Hemos conseguido compuestos con una actividad excelente frente a células tumorales de las que son más resistentes como el páncreas o el riñón. Es necesario colaborar y avanzar con la química, la bioquímica y la medicina.

-Por tanto, ¿intentan combinar estos avances con diferentes disciplinas? -Sí, estamos trabajando en unir los compuestos emisores de luz con los antitumorales porque con un microscopio de florescencia podemos ver dónde van los fármacos en el cuerpo y cuál es el objetivo. Es importante para conocer el mecanismo de acción de estos fármacos porque pueden servir para diagnosticar un cáncer, averiguar dónde está localizado o también para su tratamiento.

-¿Tiene retos pendientes o descubrimientos que le gustaría realizar? -Obviamente a mí me gustaría obtener un compuesto que pudiésemos comercializar como fármaco contra el cáncer, por ejemplo. Puede ser cualquier otra enfermedad, un antibacteriano o un antibiótico, porque realmente tenemos un problema hoy en día con los antibióticos. La resistencia a ellos es cada día mayor, las bacterias se van haciendo más fuertes y estos compuestos de plata y de oro que tenemos pueden servir como antibióticos. Hay un espectro muy amplio por cubrir todavía.