<b>-En lo que va de año Aragón acumula nueve muertos más que en las mismas fechas del año pasado, ¿existe preocupación en Tráfico?</b>

-Preocupación es obvio que siempre hay, pero el aumento es relativo. Las estadísticas son frías y depende de dónde las tomemos. En julio, por ejemplo, en Zaragoza solo ha habido uno más, y en agosto apenas hemos empezado y ya tenemos dos (esta entrevista se realizó el jueves, ya son cuatro, tres en vías interurbanas), los mismos que en todo el mes el año pasado. No hay una regla clara que permita ver una tendencia.

-Sí que parece claro que, tras años de descenso, la cifra de fallecidos se ha estancado e incluso repunta, ¿cómo lo analiza?

-Es cierto que, mirando hacia atrás, llevamos cifras parecidas a los últimos años, y muchas menos que en décadas pasadas. La verdad es que cuanto más bajas más cuesta seguir reduciendo. Los accidentes tienen una casuística muy variada, y en Zaragoza (que es mi zona de responsabilidad, aunque actuemos de coordinadores para Aragón), como punto estratégico de paso, hay mucha intensidad de tráfico y vehículos pesados, con lo cual hay más posibilidad de accidentes. Hay muchos factores que parecen definitivos, como el tipo de vía, y por ejemplo este año llevamos nueve víctimas en autopistas y autovías en Zaragoza.

-¿Hay algún factor observado este año que les esté llamando la atención?

-Entre las víctimas de este año, cinco no llevaban puesto el cinturón de seguridad. En cuanto a la causa principal, que no siempre se puede determinar, 15 han sido por imprudencias, siendo siete por distracciones, fundamentalmente por el uso del móvil, y ocho por somnolencia. Tres atropellados no llevaban elementos reflectantes y siete por una velocidad inadecuada a la vía. Me gusta hablar de velocidad inadecuada y no de excesiva, porque por ejemplo en una carretera limitada a 90 por hora, con niebla densa, aunque vayas a 80 no te estás adaptando a las circunstancias. O si la carretera está en malas condiciones.

-¿Estas malas condiciones no son más responsabilidad de las Administraciones que de los conductores?

-Si la vía está mal conservada, por lo que sea, habrá que reducir la velocidad. No creo que exista ningún titular de una vía que no quiera tenerla en buenas condiciones, pero con la que ha estado cayendo económicamente, obviamente no se puede llegar a todo. Para mí la responsabilidad es nuestra, de los conductores y ciudadanos, no creo que haya que culpar solo a la Administración. Si las vías están desdobladas y en perfectas condiciones, mejor, pero si los conductores están descansados, atentos y los vehículos en condiciones óptimas, mejor también.

-Algo se estará haciendo mal cuando el Gobierno y la DGT quieren cambiar el sistema del carnet por puntos.

-Creo que ha habido una cierta relajación con el sistema, se le ha perdido el respeto. En cualquier caso, creo que parten de un análisis más profundo, después de 12 años merece una revisión. Pero habría que preguntarle a los responsables de normativa. Los jefes provinciales estamos para ejecutar órdenes.

-Independientemente de sus competencias, por su experiencia, ¿qué se puede hacer para reducir la siniestralidad?

-La clave es siempre la concienciación del ciudadano. Es algo en lo que tenemos que ir todos en la misma línea. El alcohol, hace no tantos años, se disculpaba, decíamos, «es que viene de una boda» o «es que son fiestas», había cierta tolerancia. Hoy en día prácticamente todo el mundo reprocharía a alguien que conduzca borracho, se censura. La guerra con el alcohol está encarrilada, pero con las drogas y el uso del móvil, hay mucho que hacer. Tenemos un verdadero problema con las drogas, hay un alto porcentaje de positivos, y los que conducen bajo sus efectos están jugando con la vida de los demás.

-¿Tan peligroso es el uso del teléfono al volante?

-Lo del móvil es un verdadero problema que hay que atajar. Lo vemos en la sociedad, hay un grupo de gente hablando y a alguien le suena el móvil y lo coge, es cuestión de educación. No podemos dejar de mirarlo, es casi enfermizo. Y al conducir, un porcentaje no pequeño de accidentes se relacionan con él; a cien kilómetros por hora, mirar un whatsapp puede costar cuatro segundos, y hemos recorrido un campo de fútbol totalmente ciegos. Si enviamos uno, ya avanzamos medio kilómetro. No sé si sería posible hacer un modo coche, para desconectarlo. Yo recomiendo directamente apagarlo: si es un trayecto corto, ya veremos luego quién nos ha llamado, y si es largo, así paramos cada dos horas a descansar y lo revisamos.

-¿Por qué cuesta tanto implementar medidas tan aparentemente sencillas como la asignatura de Seguridad Vial?

-Eso en concreto no se lo sé decir, supongo que será cuestión de Educación. Lo que sí puedo afirmar es que se hacen cosas, muchas. Por ejemplo, tenemos una subcomisión de Educación Vial con multitud de instituciones, que realiza muchas actividades y charlas y estudios, se trabaja muy bien. Lo que ocurre es que es muy díficil evaluar el impacto de una charla en un colegio, o de un programa de prevención de riesgos laborales para accidentes in itinere o en misión (al ir y volver de trabajar o estando en horario laboral). Pero influir, claro que influye.

-¿También se analizan los puntos conflictivos en las vías?

-Sí, de hecho hay grupos concretos con Fomento, Gobierno de Aragón y Diputación de Zaragoza, con sus grupos de conservación y Tráfico, en los que se analiza, en una reunión trimestral, qué mejoras son prioritarias o cómo se puede mejorar la seguridad en una zona. No siempre es cuestión de asfaltar o cambiar un trazado, a veces se puede solventar con una mejor iluminación de una zona o un semáforo. En lo posible, se acometen las mejoras, pero obviamente no siempre hay presupuesto. También hay otros programas útiles como los de coordinación con todos los cuerpos de Policía Local de la provincia.

-El año pasado hubo récord de denuncias y no se refleja en la bajada de siniestros, ¿no es un camino equivocado?

-¿Y si bajasen las denuncias bajarían los accidentes? No lo sabemos. Cuanta menos vigilancia haya, más sensación de impunidad se genera, no hace falta ser un experto en Tráfico para saberlo. Sé lo que se piensa, pero el objetivo de la vigilancia es la seguridad, no la recaudación.

-¿Es cierto que los nuevos radares portátiles no funcionan?

-No, lo que ocurre es que en Aragón hay muchas zonas de sombra en las que no funciona la tecnología 4G. Con ella, el radar se coloca en un punto y transmite al agente al momento la velocidad, y este puede parar al infractor. Si no la hay, el radar funciona normalmente, como uno fijo y la multa se notifica luego.