La madre de Naiara, Mariela Benítez, «confía en que por fin se haga justicia con su hija». Así lo manifestó ayer el representante legal de la progenitora, el letrado Luis Marín, quien acudió a la Audiencia de Huesca con motivo del proceso de constitución del jurado popular que se encargará de dictar veredicto sobre el caso de la menor, de 8 años, que fue salvajemente asesinada en julio del 2017 en Sabiñánigo por su tío político, quien la sometió a crueles y prolongadas torturas humillaciones que le provocarían lesiones mortales.

«Ella sigue trabajando de cocinera, pero no desea hablar con la prensa, se reserva para su comparecencia como testigo en la causa», explicó el abogado, que señaló que se ha sumado a la petición de prisión permanente revisable solicitada por el ministerio público para el principal acusado, Iván Pardo, de 33 años y hermano del padrastro de la pequeña Naiara.

Este último, llamado Carlos Pardo, se sentará hoy asimismo en el banquillo de los acusados, junto a Nieves pena, madre de ambos hermanos. En su caso, la petición de pena oscila entre los tres y los 15 años por violencia física y psíquica en el ambiente familiar.

«Ella se siente muy mal, está muy disgustada», señaló Marín en referencia a la madre de Naiara, que no quiere hablar con la prensa por una experiencia negativa que tuvo con una entrevista.

La vista oral dará comienzo hoy en la Audiencia de Huesca con la exposición que realizarán los representantes de todas las partes, desde el ministerio público a la defensa, pasando por los acusadores particulares, además de Luis Marín y el letrado García Montero.

Está previsto que las sesiones de la vista oral duren hasta el 23 de septiembre, según el guion del proceso remitido por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA). Hoy, además de la exposición de las versiones de las partes, tendrá lugar el comienzo de la declaración de los tres acusados.

Según el relato de la fiscala, el día 6 de julio del 2017 Iván Pardo, tras volver del trabajo, golpeó a Naiara «repetidamente» en la cabeza con los nudillos. La obligó a ponerse de rodillas sobre grava, le dio varias descargas eléctricas con un dispositivo para matar moscas, la ató con grilletes, le metió un calcetín en la boca para que no gritara y la golpeó con un cinturón en las plantas de los pies.

Además, la arrojó contra el suelo y una mesa hasta que quedó inconsciente, lo que le provocó un cúmulo de lesiones en todo el cuerpo que acabó finalmente produciendo su muerte, en el hospital Infantil de Zaragoza.

La línea de la defensa se basa en supuestos problemas mentales del acusado, unidos a la situación personal que atravesaba en la época del suceso y a traumas de su infancia.

Se trata de un juicio que ha estado a punto de celebrarse en dos ocasiones anteriores, en marzo y mayo del 2020. La primera se suspendió por problemas a la hora de la constitución del tribunal del jurado y la segunda debido a que las partes mostraron su temor a que no hubiera suficiente seguridad en la sala de vistas en un momento en que se empezaba a salir del confinamiento. .